martes, 15 abril 2025

Si usas aire acondicionado, este consejo de la OCU puede salvar tu verano

El verano aprieta y con él llega el inseparable compañero de fatigas para sobrellevar las altas temperaturas en buena parte de España. Sin duda, el uso del aire acondicionado se dispara en cuanto el termómetro empieza a escalar posiciones, convirtiéndose en un elemento casi indispensable en hogares y oficinas para mantener un mínimo confort ambiental. Sin embargo, esta bendición contra el bochorno puede convertirse rápidamente en una pesadilla cuando llega la factura de la luz, a menudo inflada por conceptos que desconocemos o a los que no prestamos la debida atención, como la famosa potencia contratada, un factor clave que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) nos insta a revisar con lupa.

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Dar la bienvenida al frescor en casa no debería significar automáticamente llevarse las manos a la cabeza al ver el recibo eléctrico a final de mes, pero es una escena que se repite con demasiada frecuencia. La clave, según insisten desde la OCU, no reside únicamente en usar el aire acondicionado de forma eficiente, que también, sino en entender cómo funciona nuestra tarifa eléctrica y, sobre todo, en ajustar uno de sus componentes fijos más relevantes: la potencia contratada. Adecuar esta potencia a nuestras necesidades reales, especialmente considerando el pico de demanda que puede suponer el aire acondicionado, es un gesto sencillo que puede traducirse en un ahorro considerable y sostenido, aliviando la carga económica que supone climatizar nuestros espacios durante los meses más calurosos del año.

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¿PAGAS DE MÁS SIN SABERLO? EL MISTERIO DE LA POTENCIA CONTRATADA DESVELADO

Fuente: Freepik

Muchos consumidores se preguntan qué es exactamente esa «potencia contratada» que figura en su factura eléctrica y por qué representa una parte fija del importe total, independientemente de cuánta electricidad consuman. La potencia contratada, medida en kilovatios (kW), es básicamente el límite máximo de energía que podemos consumir simultáneamente en nuestra vivienda o local; es como el ancho de banda de nuestra conexión eléctrica, determinando cuántos aparatos podemos tener funcionando a la vez sin que salten los plomos, o más técnicamente, sin que actúe el Interruptor de Control de Potencia (ICP). Este término fijo se paga religiosamente cada mes, y si tenemos contratada más potencia de la que realmente necesitamos, estaremos pagando por una capacidad que nunca utilizamos, un sobrecoste innecesario que se nota especialmente cuando el consumo variable, como el del aire acondicionado, ya eleva la factura.

El problema radica en que, históricamente, o por desconocimiento, al contratar el suministro, muchos hogares tienen una potencia superior a la requerida para sus hábitos de consumo reales. Quizás se contrató pensando en picos de demanda muy puntuales que ya no se producen, o simplemente se heredó del anterior inquilino sin revisar si se ajustaba al nuevo uso, incluyendo la instalación o el uso intensivo de aparatos de alto consumo como el aire acondicionado. Identificar si estamos en esta situación es el primer paso para optimizar nuestro contrato eléctrico y empezar a ahorrar de verdad, liberando recursos económicos que bien podríamos destinar a otros menesteres o simplemente a paliar el gasto extra derivado del confort térmico veraniego.

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