La hinchazón en las extremidades inferiores puede parecer un problema menor, pero en ocasiones esconde señales que no deberíamos ignorar. Los tobillos inflamados representan uno de esos síntomas aparentemente inofensivos que, cuando aparecen de forma persistente y sin razón aparente, podrían estar alertándonos sobre un problema cardíaco subyacente. Esta manifestación física a menudo pasa desapercibida o se atribuye erróneamente al cansancio o al calor, cuando en realidad puede constituir una llamada de auxilio de nuestro sistema cardiovascular.
En España, las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la principal causa de mortalidad, cobrándose más de 120.000 vidas anualmente según datos del Instituto Nacional de Estadística. La insuficiencia cardíaca afecta a cerca del 7% de los mayores de 45 años, y muchos de ellos conviven con la enfermedad sin saberlo durante meses o incluso años. Detectar los primeros síntomas, como la retención de líquidos que provoca la hinchazón en los tobillos, resulta fundamental para un diagnóstico temprano que puede marcar la diferencia entre un tratamiento efectivo y complicaciones graves.
5DEL SÍNTOMA AL DIAGNÓSTICO: PRUEBAS QUE CONFIRMAN LA SOSPECHA

Ante la presencia de tobillos hinchados que sugieren un posible origen cardíaco, el médico suele iniciar un proceso diagnóstico escalonado. La exploración física constituye el primer paso, evaluando el grado de edema, auscultando el corazón y los pulmones, y midiendo signos vitales como la presión arterial y la frecuencia cardíaca. A continuación, suelen solicitarse pruebas complementarias como un electrocardiograma, que registra la actividad eléctrica del corazón y puede revelar alteraciones sugestivas de sobrecarga o daño cardíaco, y analíticas sanguíneas donde marcadores específicos como el péptido natriurético cerebral (BNP) ayudan a confirmar la sospecha de insuficiencia cardíaca.
El diagnóstico definitivo generalmente requiere pruebas de imagen, siendo la ecocardiografía la más utilizada por su precisión y disponibilidad. Este estudio utiliza ultrasonidos para visualizar la estructura y función del corazón, permitiendo evaluar la fracción de eyección —porcentaje de sangre que el ventrículo expulsa en cada latido— cuya disminución confirma la insuficiencia cardíaca. En casos más complejos pueden necesitarse pruebas adicionales como resonancia magnética cardíaca, que ofrece imágenes detalladas del músculo cardíaco y permite identificar áreas dañadas, o cateterismo para visualizar directamente las arterias coronarias y detectar posibles obstrucciones que comprometan el funcionamiento del corazón y expliquen los síntomas, incluida la hinchazón de los tobillos.