La investigación para resolver el asesinato de Esther López en Traspinedo (Valladolid) ha dado otro giro cuando menos extraño después de que la juez decidiese llamar a testificar a la persona que encontró el cadáver de Esther López, asesinada la noche del 12 de enero de 2022, en una cuneta el 5 de febrero del mismo año, 24 días después de su desaparición. Un viandante la encontró en una zona alejada de donde se la buscaba, pero que ya había sido rastreada. Ahora la juez de Instrucción 5 de Valladolid, María Esther Fernández, lo llama para que responda a preguntas suyas y de las defensas.
Según la autopsia, la joven Esther López murió a consecuencia de un atropello por vehículo. Los investigadores de la Guardia Civil ya interrogaron a este hombre, que era un paseante por la zona, responde a las iniciales J.C.R.C. y que ha sido citado en Salamanca, donde tiene fijado su domicilio.
La juez le recuerda su obligación de comparecer, bajo apercibimiento de multa de 200 a 5.000 euros y que podrá hacerlo de manera telemática excepto si la juez decida que lo haga presencialmente, en cuyo caso deberá motivar la causa.
BATIDAS EN EL LUGAR EQUIVOCADO
Los investigadores buscaban en cadáver en la orilla del rio Duero y en las inmediaciones del chalet del primer detenido por esta causa cuya participación se descartó después tras la detención de quien los investigadores consideran único sospechoso, un joven llamado Óscar que montó a la joven en su coche la noche que desapareció sin que haya quedado claramente acreditado donde iban.
La Guardia Civil barajó la hipótesis de que Óscar y Esther discutieran, el hombre pegase a la mujer y finalmente acabase atropellándola. El sospechoso siempre ha defendido su inocencia y aunque reconoció haber llevado a Esther López en su coche en su primera versión dijo que la mujer quería seguir la noche de juerga pero él quería dormir y que la dejó en la carretera ya de madrugada sin saber donde pensaba dirigirse.
Otra versión que dio fue que ella se bajó del coche porque había quedado con una tercera persona que la iba a recoger en un descampado junto al restaurante La Maña, pero él la dejó allí y se marchó sin esperar a que llegase esta supuesta cita. Luego dijo que a las 3 de la madrugada llegó a su casa, fumó un cigarrillo y se durmió hasta el día siguiente cuando acudió a trabajar con normalidad.
Pero la Guardia Civil descubrió que Óscar tenía dos teléfonos móviles y que había borrado datos de uno de ellos.
AMIGO DE SU HERMANA
Se supone que Esther López, de 35 años, era hermana de una de las mejores amigas del sospechoso, como la definió el sospechoso, pero sin embargo, la dejó en una carretera abandonada de madrugada y con 8 grados bajo cero en el exterior. Óscar incluso había dormido alguna vez en casa de los padres de Esther por su amistad con la hermana, sin embargo, tardó cuatro días en escribirla para preguntar qué pasaba con la desaparición de Esther. A ella de dijo que Esther quería irse a Valladolid a seguir de juerga.
El examen forense sostiene que la mujer agonizó durante una hora antes de fallecer, lo que lo hace compatible con un atropello de tráfico. También parece que no murió en el mismo lugar donde fue encontrado su cadáver y que no estaba enterrado, sino dejado sobre la cuneta, lo que no encaja con la investigación, ya que la zona había sido revisada unos días antes.
Los mensajes de audio de Esther aquella noche eran reveladores pues a las 23.57 horas le dijo a su amigo Carolo, al que Óscar y ella habían dejarían después aquella noche, que «oye amigo, qué?, que estás ahí con miniyo liados a las tragaperras, ¿a qué sí? (Óscar aquella noche acumuló pagos con tarjeta por valor de 400 euros) Bueno, nosotros estamos aquí donde Luisón, nos vamos a ir para casa». Miniyo es el apodo con el que era Óscar conocido en el pueblo.
Carolo respondió al mensaje de Esther con dos mensajes escuetos: «Necesitamos 1» y «¿sabes de alguien?» Carolo ya explicó en sede judicial a qué se referían. Esther sí sabía lo que decía Carolo porque a las 23:58, y una vez más, la joven dejaba pocas dudas sobre sus planes: «Ni idea tío, ahora mismo ni idea, ni idea… Yo ya me voy a ir para casa y ya cada uno en su casa, entonces ni idea, es que ni idea», escribió Esther.
Lo cierto es que algo le hizo cambiar de opinión y aquella noche Esther acabó en el mismo local que Carolo y Óscar y de allí se marchó con ambos, primero al paraje conocido como Las Bodegas y luego los tres se fueron en el mismo coche a dejar a Carolo en su casa primero y a seguir trayecto juntos, después.
Es la última persona que estuvo con Esther aquella noche. La duda es dónde iban, porque según Óscar ella quería seguir de fiesta pero él no y, según los audios de la propia Esther ella quería irse a casa.