lunes, 14 abril 2025

El miedo al «cero» con el cierre de Almaraz: el 60% de Madrid se quedaría a oscuras

El cierre de Almaraz es una de las grandes preocupaciones para la Comunidad de Madrid, que percibe el 25% de la energía producida por la central nuclear. El riesgo a un «cero» -término utilizado en el sector para referirse al apagón de una gran parte de una ciudad o región– es muy elevado sin los dos reactores que alimentan el tendido eléctrico y por ende a hogares y empresas. Desde el Gobierno, se asegura que el cierre no se demorará, mientras que el sector estima que no sería hasta 2030 cuando se inicie su desmantelamiento, es decir, apenas cinco años a pesar de la vida útil extra que aún queda por consumir, cerca de 40 años.

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La central nuclear de Almaraz es uno de los pilares fundamentales para mantener segura la generación de energía eléctrica en España. Solo en 2024, generó la energía suficiente para dar luz a cuatro millones de hogares, casi una quinta parte del total de España, con sus 15.655 Gwh (Gigavatios) brutos. Para hacerse una idea de la cifra, el parque solar más grande de España apenas aporta a los hogares 400 Mw, siempre y cuando la climatología lo permita.

La central de Almaraz es una pieza clave de la generación eléctrica en España. Su ubicación y sus dos reactores, de los siete que tiene España, evita que los hogares y empresas de Extremadura y especialmente de Madrid sufran apagones. En el PSOE apuntan que está la central de Trillo para suplirla, pero la realidad es muy distinta.

SIN LA CENTRAL DE ALMARAZ, UNA RECARGA EN TRILLO DEJARÍA A OSCURAS A MADRID

«Una parada técnica o no programada en la central nuclear de Guadalajara dejaría en una situación ‘cero’ a Madrid», advierten las fuentes conocedoras del sector eléctrico en España. En la Filomena, por ejemplo, fue clave para evitar los apagones. «Las placas solares no sirven en esos casos dada su escasa potencia. No serviría ni para encender un motor», apuntan.

Esta central, cuya energía es considerada verde por Europa, tiene programado su cierre para 2027, pero no será efectivo hasta 2030. Es decir, según la agenda del Gobierno no llegaría a los siete años, mientras la misma infraestructura gemela en EE UU tendrá una vida útil de otros 40 años más. El cierre de Almaraz no se entiende en un momento en el que el resto de Europa y gran parte de los países de los petrodólares está fomentando un mix energético con todas las fuentes de generación posible, desde la nuclear hasta el carbón, cuyo precio marca el de la jornada siguiente en España.

Para evitar el cierre temprano de la central nuclear de Almaraz, el Gobierno podría haber decretado su prórroga en este primer trimestre de 2025, pero no lo ha hecho. No obstante, en el sector corre el rumor de que se logrará aplazar el cierre al menos diez años, aunque está por ver si finalmente se da esa condición.

MADRID Y LA INSEGURIDAD ELÉCTRICA CON EL CIERRE DE ALMARAZ

Una vez decretado, la central continuará funcionando al menos tres años más hasta su completa desconexión, es decir, la durabilidad alcanzaría hasta 2030. Para entonces, debería instalarse una potencia equivalente en España de una fuente energética que permita la producción de electricidad las 24 horas del día ininterrumpidamente. Hasta ahora, solo existen tres fuentes que lo permiten y dos de ellas son las más caras del sistema, como el carbón y el gas, además de la nuclear, una energía limpia, barata y con un riesgo muy bajo. De hecho, desde su instalación solo hay registrados tres escapes, el último de ellos en Salou, con 800 personas afectadas.

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Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid | Fuente: Agencias
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid | Fuente: Agencias

El «cero» con el cierre de la central de Almaraz es una «posibilidad muy real», destacan otras fuentes del sector consultadas por MONCLOA. «Sin la central de Almaraz y una parada en Trillo, podría quedar una ciudad sin luz o con una gran parte de la misma sin electricidad, con todos los gastos que conllevaría -tirar comida congelada, no poder cocinar en una placa de inducción o con el microondas o la freidora de aire, como tampoco podrían atender bares y restaurantes a sus clientes. El teletrabajo se pararía en seco en esa zona, como tampoco poder cargar dispositivos electrónicos o el vehículo eléctrico. Sería volver a la edad media. Un caos», advierten.

«La Región de Madrid tendría serios problemas con un cero en el suministro eléctrico. Hablamos de siete millones de habitantes y miles de empresas que no podrían realizar el trabajo. No encendería ningún ordenador», apuntan. «Si, además, el apagón se produce en un momento de afectación de la climatología, ni las placas solares podrían hacer frente a la falta de suministro», alertan. «Se habla mucho de las protestas de Almaraz, de los argumentos contrarios al cierre, como también los favorables al mismo, pero nadie habla de las consecuencias directas que tendría en la población», consideran las mismas fuentes.

UNA CAÍDA EN CASCADA: VOLVIENDO A LA EDAD DE PIEDRA

«Una recarga en Trillo y sin la central nuclear de Almaraz desataría una situación de caos absoluto, especialmente en la Comunidad de Madrid», prosiguen las fuentes. «Caería todo el sistema en cascada, desde las líneas de alta tensión a las subestaciones que suministran a los hogares», puntualizan las mismas fuentes.

Cabe señalar también que en el noreste de España no hay centrales nucleares, pero su producción eléctrica podría derivarse a Madrid en caso de desarrollar una línea de alta tensión que atraviese la parte norte de la península. En caso contrario, habría que tirar de las centrales de gas y ciclo combinado para poder suplir la demanda. Asimismo, cabe señalar que la pirámide demográfica en Madrid aumentaría en cerca de 700.000 personas para 2030.

La central nuclear de Almaraz, sin futuro sin un cambio drástico en la política energética |  Fuente: Foro Nuclear
La central nuclear de Almaraz, sin futuro sin un cambio drástico en la política energética | Fuente: Foro Nuclear

La electricidad de Galicia vendría de las centrales de ciclo combinado, mientras que ya cerraron las térmicas de León. De esta forma, el cierre de Almaraz provocaría una subida del precio de la energía, debido a la entrada del gas como fuente de último recurso.

Por otro lado, las renovables, que no servirían para cubrir la demanda a pesar de la potencia instalada en el sistema, se harían de oro al producir de forma barata, poco eficiente y con pérdidas notables en el sistema de transporte. Solo el año pasado tuvo que cortarse el suministro durante cuatro días a las grandes industrias, una práctica muy poco habitual en España y que ha comenzado a entrar en la normalidad desde hace unos años. «Con todas las centrales funcionando, el precio era muy barato y tampoco conviene al negocio», afirman.

La comunidad de Madrid es consciente de este problema y ha exigido una reestructuración profunda de la red, más cuando los centros de datos, uno de los negocios en auge, buscan instalarse en la Región debido a la seguridad jurídica y económica, pero la falta de red de transporte hace imposible por el momento el desarrollo de esta industria.

MADRID SE MOVILIZA ANTE EL CIERRE DE ALMARAZ

En Madrid, además, se han movilizado y arropado a los alcaldes y municipios directamente afectados por el cierre de la central nuclear de Almaraz, con visita oficial incluida. Asimismo, las fuentes consultadas apuntan que se trata de un cierre «político e ideológico» que dejará a millones de personas y empresas afectadas por el pacto verde, pese al giro de Bruselas en esta materia.

Las energéticas, incluidas en el Foro Nuclear, también han contactado con Madrid para explicar la situación futura, una vez cerrada la central nuclear de Almaraz. No obstante, el Gobierno de España insiste en su cierre, a pesar de las perogrulladas de alguna consejera del PSOE en el Consejo de Seguridad Nuclear, un puesto para el que hay que tener un profundo conocimiento, pero tal y como ha relatado Pilar Lucio, exconsejera de Igualdad y Empleo de Extremadura.

Lucio estuvo acompañada por la exdiputada del PSOE, no es necesaria dicha experiencia, pese a pertenecer al CSN desde 2019. Silvia Calzón, exsecretaria de Estado de Sanidad con Salvador Illa y Carolina Darias, busca también un puesto en ese órgano crítico para la seguridad nacional. Sus palabras muestran por sí mismo su valía para dicho puesto:

https://twitter.com/cayetanaAT/status/1910388740184236326?t=NXTT5yy6k2ck6XZ1m6mlzQ&s=08

No tienen conocimiento técnico en caso de un escape nuclear, ni tampoco formación de cara a una actuación, pero tienen el aval del Gobierno para el puesto. «Nos gobiernan analfabetos energéticos», sostienen fuentes consultadas, más cuando Bruselas, donde se encuentra Teresa Ribera, exministra de Transición Ecológica, permite alargar la vida útil de las centrales nucleares en el resto de países de la UE, pero consideró necesario cerrar las centrales en España.

La apuesta europea por las nucleares no es una excepción. En Arabia Saudí, a pesar del petróleo, o en Kazajstán, se centran en un mix energético con todas las fuentes disponibles. Solo España prefiere depender energéticamente no solo de fuentes alternativas, sino también de otros países, como el gaseoducto de Argelia y Marruecos, así como la conexión con Francia por el País Vasco en vez de abrir el gaseoducto por los Pirineos.

MERLIN PROPERTIES DESCARTA UNA INVERSIÓN EN PARLA POR FALTA DE POTENCIA

Con este sistema, la industria no puede instalarse en Madrid debido a la falta de garantías en la seguridad energética. Ha ocurrido, por ejemplo, con Merlin Properties, que buscó y encontró un terreno en Parla, pero vio inviable la inversión debido a la falta de potencia eléctrica para instalar un centro de datos. «La empresa se interesó por los terrenos, pero no se puede hacer nada allí debido a la escasa potencia», afirman en exclusiva fuentes conocedoras de esta operación a MONCLOA.

«Seguimos buscando oportunidades en la región», apuntan desde la compañía. La inversión en un centro de datos es muy elevada, más cuando se va a encarecer año tras año por el propio nivel de la vida. En Madrid hay suelo disponible, agua, pero falta una conexión fiable y sin Almaraz en juego será muy complicado poder llevar a cabo estas inversiones que pueden conllevar no solo entre 1.000 y 3.000 millones de inversión inicial, sino también el negocio que conllevan los propios datos de millones de empresas y usuarios, más con el auge de la inteligencia artificial.

«No hay potencia», explican las mismas fuentes. «Se necesita potencia de transformación y de transporte para desarrollarlo, pero no hay ni tampoco habrá. Con placas solares no puedes hacer funcionar un centro de datos», destaca. El Ejecutivo de Pedro Sánchez, por su parte, está poniendo todo tipo de trabas a la instalación de estos centros en Madrid. Hacerlo es sencillo: ni se actulizan las líneas de transporte ni tampoco se aumenta la potencia.

La solución a todo ello pasa única y exclusivamente por la política, pero la polarización y confrontación impiden llegar a acuerdos y abrir un diálogo honesto, donde se expliquen los pros y los contras del cierre de la central nuclear de Almaraz y los motivos exactos. Por el momento, nadie da una explicación lógica a eliminar del sistema una fuente fiable de energía, bajo coste y con una duración de casi un siglo.

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