domingo, 13 abril 2025

Este fallo con Bizum puede vaciarte la cuenta sin que te des cuenta

La revolución de los pagos móviles llegó a España para quedarse, transformando la manera en que manejamos el dinero en nuestro día a día. Pocas herramientas han calado tan hondo y tan rápido como esta aplicación, y es que la facilidad para enviar y recibir dinero al instante mediante Bizum ha simplificado desde dividir la cuenta de una cena hasta saldar pequeñas deudas entre amigos o familiares. Su integración directa en las aplicaciones bancarias ha sido clave, eliminando intermediarios y agilizando transferencias que antes requerían números de cuenta interminables y varios días de espera. Sin embargo, esta comodidad casi mágica esconde una cara B, una vulnerabilidad que no reside tanto en la tecnología como en el factor humano, siempre el eslabón más impredecible.

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La popularidad masiva de esta plataforma la ha convertido, inevitablemente, en un objetivo prioritario para los amigos de lo ajeno. Los ciberdelincuentes, siempre al acecho de nuevas oportunidades, han adaptado sus tácticas para explotar la confianza y, en ocasiones, el desconocimiento de los usuarios. No hablamos de fallos de seguridad complejos ni de hackeos sofisticados a los sistemas bancarios, sino de engaños basados en la ingeniería social, aprovechando la inmediatez del servicio y la posible falta de atención en el momento de confirmar una operación. Un simple despiste, una solicitud inesperada aceptada sin pensar o la trampa bien urdida de un pago inverso pueden tener consecuencias nefastas, dejando nuestra cuenta corriente temblando o, en el peor de los casos, completamente vacía antes de que nos demos cuenta.

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¡OJO AL DATO! EL NÚMERO EQUIVOCADO, LA PESADILLA PERFECTA

Fuente Freepik

Uno de los errores más comunes, y potencialmente más costosos, al utilizar Bizum es el simple fallo al teclear el número de teléfono del destinatario. Un baile de cifras, un dígito incorrecto o una confusión entre contactos almacenados pueden hacer que nuestro dinero acabe en el bolsillo de un completo desconocido, un error humano fácil de cometer en la vorágine diaria. A diferencia de las transferencias bancarias, donde un IBAN erróneo suele provocar el rechazo automático de la operación, aquí el envío se completa si el número de teléfono introducido está asociado a una cuenta con el servicio activo. Recuperar ese dinero depende entonces, en gran medida, de la buena voluntad del receptor accidental, un factor completamente fuera de nuestro control.

La política de la plataforma y de las entidades bancarias es clara al respecto: la responsabilidad de verificar el número de destino recae exclusivamente en el usuario que ordena el pago. Aunque se puede intentar contactar con el receptor erróneo o solicitar la intervención del banco, el proceso para intentar recuperar los fondos puede ser tedioso y no siempre fructífero, especialmente si la persona que ha recibido el dinero no colabora o, simplemente, decide quedarse con él. Por eso, la doble, e incluso triple, verificación del número de teléfono antes de confirmar cualquier envío a través de Bizum no es una simple recomendación, sino una medida de seguridad fundamental para evitar disgustos financieros importantes y la frustración de ver cómo nuestro dinero vuela hacia un destino equivocado por un simple descuido.

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