Bilbao es famosa por su arquitectura contemporánea, su rica vida cultural y por ser el corazón palpitante del País Vasco. Pero fuera de su camino urbano, a solo unos kilómetros, encontrarás pequeños pueblos alejados del bullicio de la ciudad y atrapados en el tiempo. Lugares donde el silencio es un material tan persistente como la piedra de las casas, donde la vida transcurre a un ritmo pausado, donde cada esquina está viva con la tradición.
Balmaseda, es uno de esos pueblos encantadores que conserva el corazón rural y medieval de la región. Una belleza por descubrir en el Valle de las Encartaciones, a solo 30 kilómetros de Bilbao. Las calles empedradas son como viajar en una máquina del tiempo que retrocede varios siglos, con edificios de piedra, puentes centenarios y una historia palpable en cada rincón. Si quieres desconectar del mundo y conectar con los orígenes del País Vasco, este pueblo es una escapada ideal de la gran ciudad.
3Un refugio rural con alma a pocos kilómetros de Bilbao

Quizás Balmaseda no es solo un lugar para visitar. También es un lugar para sentir. Pasear por sus tranquilas plazas, hablar con su gente o simplemente contemplar sus antiguos edificios es una forma de restablecer el contacto con lo elemental. En una era donde todo se apresura, tales lugares se sienten como una desaceleración útil, una verdadera inhalación que parece imposible tan cerca de Bilbao.
En conclusión, Balmaseda es ese rincón, entre montañas y tradiciones, en el que puedes disfrutar de la naturaleza y la historia si quieres una escapada diferente de las convencionales para visitar desde tus bases en Bilbao. Todo un pueblo que recupera el espíritu de antaño y prueba una vez más que el verdadero lujo está en la simple esencia de ser real.