Bilbao es famosa por su arquitectura contemporánea, su rica vida cultural y por ser el corazón palpitante del País Vasco. Pero fuera de su camino urbano, a solo unos kilómetros, encontrarás pequeños pueblos alejados del bullicio de la ciudad y atrapados en el tiempo. Lugares donde el silencio es un material tan persistente como la piedra de las casas, donde la vida transcurre a un ritmo pausado, donde cada esquina está viva con la tradición.
Balmaseda, es uno de esos pueblos encantadores que conserva el corazón rural y medieval de la región. Una belleza por descubrir en el Valle de las Encartaciones, a solo 30 kilómetros de Bilbao. Las calles empedradas son como viajar en una máquina del tiempo que retrocede varios siglos, con edificios de piedra, puentes centenarios y una historia palpable en cada rincón. Si quieres desconectar del mundo y conectar con los orígenes del País Vasco, este pueblo es una escapada ideal de la gran ciudad.
1La historia viva cerca de Bilbao

Balmaseda es el primer municipio de Vizcaya en obtener el rango de villa, lo que le otorga una gran importancia histórica en los alrededores de Bilbao, ya que fue fundada en el siglo XII. Perfectamente conservada, su casco antiguo es un glorioso testimonio del pasado medieval de la región. Notarás el antiguo puente sobre el río Cadagua, una construcción salida de una novela caballeresca, dando la bienvenida a aquellos que desean perderse en sus irregulares calles.
Además de su legado arquitectónico, Balmaseda es bien conocida por mantener muchas de sus tradiciones más antiguas. Cuando se acerca la Semana Santa, ofrece una de las procesiones más importantes del norte de España, cuando los habitantes locales se visten con trajes de época y representan solemnemente y con reverencia los capítulos de la Pasión. Es un testimonio de cómo un pueblo puede permanecer intacto en su identidad a pesar del paso del tiempo y estar junto a una ciudad moderna como Bilbao.