Barcelona es una ciudad que siempre está llena de vida; es un lugar que te sorprende día a día. Su brisa mediterránea, arquitectura modernista y vibrante energía la convierten en un espacio que logra atraer a millones de turistas cada año. Pero pocos saben que, a solo unos kilómetros, existe un lugar tan mágico, que, incluso, parece que hubiera salido de un cuento de hadas: Sant Cugat del Vallès.
Este pueblo a las afueras de Barcelona ofrece la serenidad de un entorno menos frenético que el de la ciudad, junto con una experiencia cultural y artística que lo distingue de otros. Perfecto para un corto descanso de fin de semana o para unas pequeñas vacaciones, Sant Cugat es un pueblo acogedor con calles adoquinadas y una tradición literaria que le ha ganado el apodo de «la ciudad de los cuentos«.
1Sant Cugat, un paseo por su historia
Un corto y económico viaje en tren desde el centro de Barcelona te lleva a Sant Cugat, una experiencia completamente diferente que es ideal para tomar un respiro del bullicio sin alejarse mucho. Sus calles te invitan a perderte entre librerías, y encantadores cafés que parecen diseñados para la inspiración. El Monasterio de Sant Cugat es un imponente complejo medieval que da la bienvenida a los visitantes con una historia milenaria y una arquitectura impresionante.
El ambiente en Sant Cugat es relajado, pero al mismo tiempo muy alegre. Hay creatividad en abundancia aquí:, desde mercados de artesanía, hasta bibliotecas con actividades para niños, teatros con programación regular, y espacios verdes que hacen placentero leer un buen libro. La ciudad cuenta con eventos durante todo el año centrados en la literatura y el arte, lo que reafirma su título de ser la ciudad de los cuentos.
