sábado, 19 abril 2025

A partir de los 40, este ejercicio puede marcar la diferencia en tus articulaciones

La llegada a la cuarta década de la vida trae consigo cambios significativos en nuestro organismo que no podemos ignorar. El ejercicio adecuado se convierte en un aliado fundamental para mantener la movilidad y prevenir dolencias articulares que suelen aparecer con el paso del tiempo. Con la edad, nuestras articulaciones comienzan a experimentar un desgaste natural que, sin la atención necesaria, puede derivar en problemas más serios que afecten nuestra calidad de vida.

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Los especialistas coinciden en que, contrario a lo que muchos piensan, no todos los tipos de actividad física resultan beneficiosos una vez superada la barrera de los 40 años. Algunos ejercicios de impacto controlado y entrenamiento de fuerza pueden ser extraordinariamente beneficiosos para la salud articular y ósea, siempre que se realicen con la técnica adecuada y bajo la supervisión de profesionales, especialmente si nunca se ha practicado deporte con regularidad o se padece alguna patología previa.

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LA IMPORTANCIA DE LA TÉCNICA Y LA SUPERVISIÓN PROFESIONAL

Fuente: Freepik

Realizar ejercicio con una técnica adecuada resulta fundamental para obtener beneficios reales en la salud articular y evitar lesiones, especialmente a partir de los 40 años. Una ejecución incorrecta puede no solo anular los efectos positivos de la actividad física sino también provocar daños que empeoren la situación de nuestras articulaciones. La supervisión inicial por parte de un profesional del deporte garantiza el aprendizaje de patrones de movimiento correctos y adaptados a nuestras características individuales, una inversión que puede ahorrarnos problemas y dolencias en el futuro.

Los centros deportivos especializados ofrecen cada vez más programas específicamente diseñados para personas mayores de 40 años, con protocolos que tienen en cuenta las particularidades de esta etapa vital. Estos programas combinan diferentes tipos de ejercicio en proporciones adecuadas para maximizar los beneficios sobre la salud articular y ósea. La personalización del entrenamiento según la condición física, antecedentes médicos y objetivos personales constituye un factor determinante para asegurar la efectividad y seguridad del ejercicio, permitiendo adaptaciones progresivas que se ajusten perfectamente a la evolución de cada persona.

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