martes, 15 abril 2025

A partir de los 40, este ejercicio puede marcar la diferencia en tus articulaciones

La llegada a la cuarta década de la vida trae consigo cambios significativos en nuestro organismo que no podemos ignorar. El ejercicio adecuado se convierte en un aliado fundamental para mantener la movilidad y prevenir dolencias articulares que suelen aparecer con el paso del tiempo. Con la edad, nuestras articulaciones comienzan a experimentar un desgaste natural que, sin la atención necesaria, puede derivar en problemas más serios que afecten nuestra calidad de vida.

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Los especialistas coinciden en que, contrario a lo que muchos piensan, no todos los tipos de actividad física resultan beneficiosos una vez superada la barrera de los 40 años. Algunos ejercicios de impacto controlado y entrenamiento de fuerza pueden ser extraordinariamente beneficiosos para la salud articular y ósea, siempre que se realicen con la técnica adecuada y bajo la supervisión de profesionales, especialmente si nunca se ha practicado deporte con regularidad o se padece alguna patología previa.

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SALTAR Y CORRER: BENEFICIOS INSOSPECHADOS PARA TUS HUESOS

Fuente: Freepik

Contra lo que podría pensarse inicialmente, ciertos ejercicios de impacto moderado como saltar o correr pueden resultar extraordinariamente beneficiosos para la salud ósea pasados los 40 años. La clave está en la progresividad y la adaptación individual, comenzando con sesiones breves e intensidades bajas que permitan al organismo adaptarse gradualmente a las nuevas exigencias. Los especialistas recomiendan iniciar con periodos de 10 a 15 minutos e ir aumentando la duración según mejora la condición física, siempre prestando atención a las señales que nos envía nuestro cuerpo.

Las investigaciones más actualizadas indican que el impacto controlado estimula la producción de osteoblastos, células responsables de la formación de nuevo tejido óseo. Para quienes nunca han practicado ejercicio o presentan sobrepeso significativo, es recomendable comenzar con actividades de bajo impacto como natación o ciclismo antes de aventurarse en la carrera. La progresión adecuada resulta fundamental para evitar lesiones y conseguir que el ejercicio cumpla su función de fortalecer las articulaciones en lugar de someterlas a un estrés excesivo, lo que podría resultar contraproducente para nuestra salud articular a largo plazo.

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