El auge de las nuevas tecnologías ha traído consigo numerosas comodidades, pero también riesgos según la palabra que digas. Los estafadores telefónicos han perfeccionado sus técnicas y ahora utilizan el sí como herramienta para perpetrar fraudes sofisticados que pueden tener graves consecuencias económicas para las víctimas. Esta modalidad de estafa, conocida popularmente como «la estafa del sí», se ha extendido por toda España en los últimos años, generando preocupación entre las autoridades y los consumidores.
En un mundo hiperconectado donde recibimos llamadas constantemente, resulta difícil distinguir entre comunicaciones legítimas y aquellas que esconden propósitos maliciosos. Los ciberdelincuentes aprovechan esta situación para obtener grabaciones de nuestra voz pronunciando un sí que posteriormente manipulan para hacernos parecer que hemos aceptado contratos o servicios que jamás solicitamos. Este tipo de fraude ha provocado que muchos españoles desconfíen al recibir llamadas de números desconocidos, generando un clima de inseguridad en las comunicaciones telefónicas.
3ESTRATEGIAS PARA PROTEGERSE FRENTE A LOS ESTAFADORES TELEFÓNICOS

Adoptar medidas preventivas resulta fundamental para no caer en estas trampas telefónicas. Una táctica efectiva consiste en responder con frases alternativas que eviten pronunciar directamente la palabra sí. Por ejemplo, podemos contestar «le escucho correctamente» en lugar de un escueto sí, o utilizar «efectivamente» o «así es» como sustitutos. De esta manera, aunque la llamada resulte ser legítima, estaremos protegidos contra posibles manipulaciones de nuestras palabras sin parecer descorteses o suspicaces.
Otra recomendación valiosa es verificar siempre la identidad de quien llama antes de proporcionar cualquier tipo de confirmación. Podemos solicitar que nos faciliten información específica sobre nuestra cuenta o historial que solo la empresa legítima conocería, o incluso finalizar la llamada y contactar nosotros directamente con la compañía a través de los canales oficiales. Las entidades respetables comprenderán esta precaución y no se mostrarán molestas por ello. Jamás debemos sentirnos presionados a pronunciar un sí ante preguntas que nos generan dudas o incomodidad, por muy insignificantes que puedan parecer estas preguntas en un primer momento. El tiempo invertido en verificar la legitimidad de una llamada siempre será menor que el necesario para resolver los problemas derivados de una estafa.