sábado, 19 abril 2025

El truco de los ciberdelincuentes para descubrir tu contraseña aunque sea segura

Creemos que nuestras contraseñas son fortalezas digitales inexpugnables, especialmente si hemos seguido las manidas recomendaciones de combinar mayúsculas, minúsculas, números y símbolos extraños que apenas recordamos. Sin embargo, la realidad es que los ciberdelincuentes disponen de un arsenal de técnicas cada vez más sofisticadas para derribar esas murallas virtuales, demostrando que ninguna clave, por compleja que parezca a simple vista, es completamente invulnerable en el panorama actual. La sensación de seguridad puede ser, en muchas ocasiones, una peligrosa ilusión que nos deja expuestos ante actores maliciosos que operan con paciencia y herramientas potentes.

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La cuestión no reside únicamente en la complejidad intrínseca de la contraseña elegida, sino en los métodos que se emplean para averiguarla, que van mucho más allá de intentar adivinarla manualmente como si de un acertijo se tratase. Desde ataques automatizados que prueban millones de combinaciones por segundo hasta el aprovechamiento de descuidos humanos o información previamente comprometida en otras plataformas, las estrategias para vulnerar nuestras credenciales son variadas y alarmantemente efectivas, obligándonos a replantear constantemente nuestras prácticas de seguridad digital y a entender mejor cómo operan aquellos que buscan acceder a nuestra información más preciada sin nuestro permiso.

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FILTRACIONES MASIVAS: EL TESORO OCULTO DE LOS CIBERCRIMINALES

Fuente: Freepik

Uno de los métodos más alarmantemente eficaces que utilizan los ciberdelincuentes para obtener contraseñas no implica atacar directamente tus cuentas, sino aprovechar las debilidades de terceros. Las filtraciones masivas de datos, que lamentablemente ocurren con demasiada frecuencia en servicios online de todo tipo, exponen millones de credenciales (combinaciones de nombre de usuario o email y contraseña), convirtiéndose en auténticas minas de oro para los actores maliciosos que las recopilan, compran o intercambian en la ‘dark web’. Aunque la contraseña filtrada pertenezca a un servicio que ya no usas o consideras poco importante, el verdadero peligro reside en la reutilización de claves.

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Si utilizas la misma contraseña, o variaciones muy similares, en múltiples sitios web, una única filtración puede comprometer todas esas cuentas de golpe mediante una técnica llamada ‘credential stuffing’. Los ciberdelincuentes toman las listas de credenciales filtradas y prueban automáticamente esas combinaciones en cientos de otros servicios populares (banca online, redes sociales, correo electrónico, tiendas online), esperando encontrar coincidencias que les den acceso a cuentas mucho más valiosas que la originalmente comprometida. Esta práctica subraya la importancia crítica de utilizar contraseñas únicas y robustas para cada servicio online, por tedioso que pueda parecer gestionarlas.

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