El debate sobre el uso de dispositivos móviles al volante sigue generando controversia entre los conductores españoles, especialmente en situaciones donde el vehículo se encuentra momentáneamente detenido. La DGT ha sido tajante al respecto: consultar el móvil mientras aguardamos a que el semáforo se ponga en verde constituye una infracción que puede acarrear severas consecuencias económicas y administrativas. Esta práctica, tan arraigada entre millones de conductores, representa uno de los principales factores de distracción en la conducción y ha motivado campañas específicas para concienciar sobre sus peligros.
Los malentendidos sobre esta normativa han proliferado durante años, alimentados por interpretaciones erróneas y la falsa creencia de que un vehículo detenido temporalmente deja de estar «en circulación». Sin embargo, desde el punto de vista legal y de seguridad vial, un coche parado ante un semáforo continúa formando parte del tráfico rodado y el conductor debe mantener toda su atención en la vía. La DGT ha intensificado sus esfuerzos para despejar estas dudas y aplicar con rigor unas sanciones que buscan, en última instancia, reducir la siniestralidad asociada a distracciones que podrían evitarse con facilidad, pero que siguen costando vidas en las carreteras españolas.
1LA DGT NO DEJA LUGAR A DUDAS: EL SEMÁFORO NO ES UNA PAUSA EN LA CONDUCCIÓN

La normativa vigente establecida por la DGT considera que el conductor debe mantener control total del vehículo y atención plena a la vía en todo momento mientras esté al volante. Esta obligación no cesa al detenerse en un semáforo, ya que técnicamente el vehículo sigue incorporado a la circulación y el conductor continúa ejerciendo su función aunque el coche esté momentáneamente parado. La ley no hace distinciones entre conducir en movimiento o detenerse temporalmente por imperativo del tráfico, como ocurre en los semáforos, atascos o pasos a nivel.
Las aclaraciones ofrecidas por la DGT a través de sus diferentes canales de comunicación han servido para despejar cualquier ambigüedad al respecto. El argumento principal radica en que un semáforo representa una parada circunstancial donde el conductor debe estar preparado para reanudar la marcha inmediatamente cuando las condiciones lo permitan, algo incompatible con tener la atención puesta en el móvil. Esta interpretación, respaldada por diversas sentencias judiciales, refleja un criterio coherente con el espíritu de la ley: minimizar los riesgos asociados a las distracciones que, según las estadísticas oficiales de la DGT, están detrás de uno de cada tres accidentes con víctimas mortales en España.