sábado, 19 abril 2025

Según la OMS, este es el enemigo silencioso que tienes en la cocina y ataca directo a tu corazón

Nuestras cocinas son, para muchos, el corazón del hogar, un espacio asociado al confort, a la familia y, por supuesto, al buen comer. En ellas manejamos a diario ingredientes que consideramos básicos, casi inofensivos, pilares de nuestra gastronomía mediterránea tan apreciada. Sin embargo, entre esos elementos cotidianos se esconde un adversario sigiloso, uno que, según la OMS, representa una amenaza directa y creciente para nuestra salud cardiovascular, actuando sin hacer ruido hasta que a menudo es demasiado tarde: la sal, o más precisamente, el sodio que contiene.

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Este condimento universal, presente en prácticamente cualquier plato salado que podamos imaginar, desde un guiso tradicional hasta la ensalada más sencilla, esconde tras su capacidad para realzar sabores una relación directa con uno de los problemas de salud pública más acuciantes de nuestro tiempo: la hipertensión arterial. La alerta lanzada por la OMS no es nueva, pero cobra cada día más relevancia ante las cifras crecientes de enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares en todo el mundo. Comprender cómo este ingrediente común se convierte en un riesgo es el primer paso para proteger nuestro órgano más vital.

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CIFRAS QUE HABLAN: LA ALERTA NUMÉRICA DE LA OMS

Fuente Freepik

La Organización Mundial de la Salud (OMS) es clara y contundente en sus recomendaciones: la ingesta diaria de sal para un adulto no debería superar los 5 gramos, lo que equivale a aproximadamente 2 gramos de sodio puro. Sin embargo, la realidad es tozuda y las estadísticas muestran que el consumo medio en la mayoría de los países industrializados, incluyendo España, duplica e incluso triplica esta cantidad recomendada, situándose frecuentemente entre los 9 y 12 gramos de sal al día por persona. Esta brecha entre la recomendación sanitaria y el hábito de consumo es uno de los grandes desafíos para la salud pública actual.

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Las consecuencias de este consumo desmedido se traducen en cifras alarmantes a nivel global. La OMS estima que una ingesta elevada de sodio está directamente relacionada con millones de muertes anuales en todo el mundo debidas a enfermedades cardiovasculares. Reducir el consumo de sal a los niveles recomendados podría prevenir una parte significativa de estas muertes prematuras y aliviar la enorme carga sanitaria y económica que suponen la hipertensión y sus complicaciones, un objetivo prioritario en las estrategias de salud pública promovidas por la organización internacional.

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