Sevilla es una ciudad que seduce con su arte, su pura alegría, su espíritu andaluz puro y simple. Pero a veces, incluso en un lugar tan animado, sientes la necesidad de un pequeño escape para explorar otros lugares encantadores sin alejarte demasiado. Afortunadamente, Sevilla está rodeada de pueblos rebosantes de historia y tradición que tienen todo lo necesario para ofrecer una experiencia auténtica.
Carmona, a solo treinta minutos de Sevilla, es una de esas escapadas perfectas. Este asentamiento en la cima de una colina es una de las joyas en la corona del patrimonio andaluz. Sus calles empedradas, sus oratorios, su poderoso Alcázar y su tranquilidad lo convierten en una opción ideal para desconectar mientras sigues sintiendo muy vivo el espíritu de Sevilla.
2Tradición, gastronomía y alegría

Si algo, aparte de su historia, define a Carmona es su firme apego a las costumbres de Andalucía. Pasear por su mercado, charlar con los lugareños, o sentarse en una terraza a tomar un café; este lugar ofrece la oportunidad de experimentar esa autenticidad que a menudo se pierde en las grandes ciudades. Sin embargo, en Carmona, el ritmo cambia y el tiempo parece haberse detenido.
La gastronomía es otro de sus grandes atractivos. Platos como el salmorejo, la carne en salsa o los dulces de convento son platos exquisitos que debes probar durante cualquier visita. Muchos de sus restaurantes también se encuentran en casas palaciegas o edificios históricos, lo que contribuye al encanto del lugar. Es un retiro para saborear con los cinco sentidos y luego regresar a Sevilla renovado.