El sol aprieta en la península y las gafas de sol se convierten en un complemento casi indispensable para miles de conductores. Sin embargo, un gesto tan aparentemente inofensivo como colocar esas gafas sobre la cabeza mientras no se usan, o no llevar puestas las que necesitamos por prescripción médica, puede acarrear una sanción económica considerable. La DGT, en su constante labor por velar por la seguridad vial, aplica normativas que a menudo generan sorpresa y debate entre los usuarios de la vía, recordándonos que la atención al volante debe ser máxima y cualquier potencial distracción o limitación visual puede tener consecuencias.
Lejos de ser una leyenda urbana o un rumor exagerado, la posibilidad de ser multado con 200 euros por estas prácticas es una realidad contemplada en el marco regulatorio vigente. No se trata de una normativa específica que prohíba explícitamente llevar las gafas de sol de esta manera o no usar las graduadas, sino que se ampara en artículos más generales del Reglamento General de Circulación que obligan a mantener la atención permanente, el campo de visión necesario y la libertad de movimientos. Comprender el porqué de estas sanciones ayuda a entender la filosofía de la DGT respecto a la conducción segura y a evitar sorpresas desagradables en forma de multa.
4MÁS ALLÁ DE LA CABEZA Y LA GRADUACIÓN: OTROS PELIGROS CON LAS GAFAS DE SOL

La problemática con las gafas de sol al volante no se limita únicamente a llevarlas sobre la cabeza o a no usar las graduadas. Existen otras circunstancias relacionadas que también pueden suponer un riesgo y, potencialmente, una sanción si un agente considera que afectan a la seguridad. Una de ellas es el uso de gafas de sol con cristales excesivamente oscuros, especialmente aquellas de categoría 4, que no están homologadas para la conducción, ya que reducen drásticamente la luminosidad y pueden comprometer la visión en zonas de sombra o al atardecer.
Otro escenario de riesgo es el uso inapropiado de las gafas de sol en condiciones de baja luminosidad, como puede ser al entrar en túneles largos y poco iluminados, durante la noche o en días muy nublados o lluviosos. Aunque parezca obvio, algunos conductores olvidan quitárselas, lo que reduce peligrosamente su capacidad para ver y ser vistos. La normativa de la DGT siempre enfatiza la necesidad de adaptar la conducción y los elementos que usamos a las condiciones ambientales, y mantener una visibilidad óptima es un pilar fundamental de esa adaptación. La DGT recuerda que la visibilidad es clave.