El auge de la tecnología contactless ha transformado nuestra forma de pagar, pero también ha abierto la puerta a nuevas modalidades de fraude. Los datos bancarios pueden ser capturados por delincuentes mediante dispositivos lectores que se acercan discretamente a nuestras pertenencias, sin que siquiera lo notemos. Esta práctica, conocida como skimming de tarjetas contactless, se ha convertido en una preocupación creciente para consumidores y entidades financieras en toda España.
La comodidad del pago sin contacto se ha extendido rápidamente, conquistando millones de transacciones diarias en nuestro país. Sin embargo, esta tecnología que facilita nuestras compras cotidianas, también presenta vulnerabilidades que los ciberdelincuentes han aprendido a explotar. El aumento de denuncias relacionadas con este tipo de fraude ha encendido las alarmas entre los expertos en seguridad, quienes advierten sobre la necesidad de tomar precauciones para proteger nuestra información financiera.
EL SKIMMING CONTACTLESS: EL LADRÓN INVISIBLE QUE ACECHA EN ESPACIOS PÚBLICOS
El skimming de tarjetas contactless es una técnica fraudulenta que permite capturar información bancaria sin necesidad de contacto físico con la tarjeta. Los delincuentes utilizan dispositivos lectores modificados que, al aproximarse a pocos centímetros de una tarjeta o móvil con NFC, pueden obtener datos como el número de tarjeta, fecha de caducidad y, en algunos casos, hasta el historial de transacciones recientes. Esta modalidad de robo resulta especialmente peligrosa por su discreción, ya que puede producirse en cualquier lugar concurrido sin que la víctima perciba absolutamente nada.
Los espacios más habituales para este tipo de fraudes son el transporte público, centros comerciales o eventos masivos donde la proximidad física facilita la operativa delictiva. Las estadísticas policiales muestran que los casos de robo de datos bancarios mediante esta técnica han aumentado un 32% en el último año, convirtiéndose en una de las modalidades de fraude con mayor crecimiento. La particularidad más preocupante es que las víctimas suelen detectar el problema días después, cuando aparecen cargos sospechosos en sus cuentas, dificultando la identificación del momento exacto en que se produjo la sustracción de datos.
CÓMO OPERA UN ESTAFADOR CON TU INFORMACIÓN FINANCIERA ROBADA
Una vez obtenidos los datos bancarios mediante skimming, los delincuentes disponen de múltiples vías para monetizar la información. La creación de tarjetas clonadas es una de las prácticas más frecuentes, permitiendo realizar compras físicas en comercios con sistemas de verificación menos rigurosos. Los estafadores también pueden realizar compras online en plataformas que no exigen código de verificación adicional, aprovechando las debilidades de algunos sistemas de pago por internet que no implementan la autenticación reforzada.
Los datos capturados alimentan igualmente el mercado negro digital, donde la información bancaria se vende al mejor postor en foros especializados de la dark web. Las autoridades han detectado que el precio de un conjunto completo de datos bancarios oscila entre 30 y 120 euros en estos mercados clandestinos, dependiendo de la calidad de la información y del límite disponible en las tarjetas. Este lucrativo negocio ha propiciado la aparición de grupos organizados que se dedican exclusivamente a la recopilación masiva de datos mediante técnicas de skimming, convirtiendo lo que antes eran delitos aislados en operaciones sofisticadas con estructura empresarial.
LAS TECNOLOGÍAS QUE UTILIZAN LOS CIBERDELINCUENTES PARA EL SKIMMING
El arsenal tecnológico de los estafadores se ha sofisticado notablemente en los últimos años. Los dispositivos de skimming actuales pueden ser tan pequeños como un teléfono móvil o incluso estar integrados en objetos cotidianos como maletines o mochilas. Estos aparatos, que pueden adquirirse en mercados online por precios que rondan los 200 euros, son capaces de leer la información de tarjetas contactless a distancias de hasta 10 centímetros sin dejar rastro de su actividad.
Los modelos más avanzados incorporan tecnología bluetooth que permite la transmisión inmediata de los datos bancarios capturados a un dispositivo receptor, evitando que el estafador tenga que recuperar físicamente el lector. La miniaturización de estos equipos ha alcanzado niveles preocupantes, con modelos que pueden ocultarse completamente en la palma de una mano o integrarse en fundas de smartphone, facilitando su uso discreto en zonas concurridas. Las investigaciones policiales han revelado que muchos de estos dispositivos provienen de países del este de Europa o Asia, donde se fabrican específicamente para actividades fraudulentas, aunque su venta se camufla bajo supuestos usos educativos o de pruebas de seguridad.
MEDIDAS DE PROTECCIÓN PARA EVITAR EL ROBO DE DATOS BANCARIOS
La principal defensa contra el skimming contactless consiste en bloquear las señales electromagnéticas que emiten nuestras tarjetas. Las fundas protectoras o tarjeteros con blindaje RFID constituyen una barrera efectiva que impide la lectura no autorizada. Estos accesorios, fabricados con materiales que contienen capas de aluminio o cobre que bloquean las ondas electromagnéticas, se han convertido en un complemento cada vez más habitual entre los consumidores conscientes de los riesgos.
Otra medida recomendada por los expertos en seguridad bancaria es la activación de notificaciones instantáneas para cada operación realizada con nuestras tarjetas. Este sistema permite detectar inmediatamente cualquier cargo sospechoso y contactar con la entidad bancaria para bloquear la tarjeta, minimizando los daños potenciales. Las entidades financieras españolas también han empezado a implementar límites más restrictivos para las operaciones contactless sin PIN, reduciéndolos en algunos casos a importes inferiores a 20 euros, lo que limita el impacto económico de un posible fraude.
Adicionalmente, la posibilidad de desactivar la funcionalidad contactless en periodos de no utilización representa una opción radical pero efectiva para quienes desean maximizar la seguridad de sus datos bancarios.
EL MARCO LEGAL Y LAS RESPONSABILIDADES EN CASO DE FRAUDE BANCARIO
La legislación española protege a los consumidores frente a operaciones fraudulentas con sus tarjetas bancarias. El Real Decreto-ley 19/2018 establece que las entidades financieras deben reembolsar inmediatamente el importe de las operaciones no autorizadas, salvo en casos de negligencia grave por parte del cliente. Esta normativa, alineada con la directiva europea de servicios de pago conocida como PSD2, refuerza los derechos del consumidor frente a las nuevas modalidades de fraude digital.
El procedimiento para reclamar comienza con la denuncia policial y la notificación inmediata a la entidad bancaria. Los bancos disponen de un plazo máximo de 24 horas para devolver el dinero sustraído mientras investigan el caso. Sin embargo, la carga de la prueba puede resultar compleja en los casos de skimming contactless debido a la dificultad para determinar el momento exacto del robo de datos bancarios.
Los tribunales españoles han dictado ya diversas sentencias favorables a los consumidores, estableciendo jurisprudencia que considera que la simple proximidad física no constituye autorización para el acceso a la informac