martes, 8 abril 2025

El número oculto en tu tarjeta de crédito que nunca debes compartir online

Los fraudes digitales no paran de crecer en nuestro país y uno de los objetivos preferidos por los ciberdelincuentes es la tarjeta de crédito que utilizamos en nuestras compras cotidianas. La digitalización de nuestra economía ha traído innumerables ventajas para los consumidores, pero también ha abierto la puerta a nuevas formas de estafa que aprovechan el desconocimiento general sobre ciertos elementos de seguridad. Miles de españoles sufren cada año intentos de fraude relacionados con sus medios de pago, especialmente en entornos digitales donde resulta sencillo caer en trampas hábilmente diseñadas.

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La seguridad financiera depende en gran medida de pequeños detalles que pasan desapercibidos, pero que resultan fundamentales a la hora de proteger nuestro dinero. Entre estos elementos destaca un código de tres cifras presente en toda tarjeta de crédito: el CVV (Card Verification Value) o CVC2 (Card Verification Code) un sistema de seguridad diseñado específicamente para verificar que quien realiza una compra online tiene físicamente la tarjeta en su poder. Este número aparentemente insignificante constituye la última barrera de protección frente a posibles fraudes y su correcta gestión puede ahorrarnos serios disgustos económicos y burocráticos.

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LA IMPORTANCIA CRUCIAL DEL CVV EN LAS COMPRAS ONLINE

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Las transacciones por internet han revolucionado nuestra forma de consumir, permitiendo adquirir productos y servicios sin movernos de casa, pero también han multiplicado los riesgos asociados a nuestros medios de pago. Cuando realizamos una compra con tarjeta de crédito en un establecimiento físico, los comerciantes pueden verificar nuestra identidad solicitando el DNI o mediante la introducción del PIN, mientras que en el entorno online el CVV se convierte en el principal mecanismo para confirmar que somos los legítimos propietarios de la tarjeta. Este código actúa como una contraseña adicional que sólo conoce quien tiene acceso físico al plástico.

La normativa PSD2 (Segunda Directiva de Servicios de Pago) implementada en la Unión Europea ha reforzado aún más la importancia del CVV al establecer la obligatoriedad de la autenticación reforzada para transacciones electrónicas. Esto significa que para completar una compra con tarjeta de crédito a través de internet, además del número y la fecha de caducidad, resulta imprescindible proporcionar este código de verificación junto con un segundo factor de autenticación, como puede ser una clave enviada por SMS o la verificación a través de la aplicación móvil del banco. Esta combinación de elementos ha demostrado ser efectiva para reducir el fraude, siempre que el usuario mantenga la confidencialidad de todos estos datos.

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