El cibercrimen no descansa en su búsqueda de nuevas formas para atacar nuestros bolsillos. En España, la suplantación de tarjeta SIM se ha convertido en una pesadilla para miles de ciudadanos que ven cómo sus cuentas bancarias se vacían sin apenas darse cuenta. Esta modalidad de estafa, conocida internacionalmente como SIM swapping, ha experimentado un crecimiento alarmante en nuestros territorios durante los últimos tres años, poniendo en jaque la seguridad de nuestras comunicaciones y finanzas.
La sofisticación de los ataques y la aparente facilidad con la que los delincuentes consiguen duplicar nuestra SIM sin necesidad de tener acceso físico al dispositivo resulta particularmente inquietante. Los expertos en ciberseguridad alertan de que estas bandas organizadas operan con protocolos cada vez más refinados, aprovechando vulnerabilidades en los sistemas de verificación de las operadoras telefónicas y la ingenuidad de muchos usuarios que comparten demasiada información personal en redes sociales. El resultado es devastador: cuentas corrientes vaciadas en cuestión de minutos, créditos solicitados a nuestro nombre y una sensación de violación de nuestra intimidad difícil de superar.
4LAS EMPRESAS TELEFÓNICAS BAJO SOSPECHA

La responsabilidad de las operadoras telefónicas en este tipo de fraudes genera un intenso debate en el ámbito jurídico. Si bien estas compañías son las primeras en admitir la existencia del problema, sus protocolos de seguridad continúan mostrando vulnerabilidades alarmantes frente a estafadores profesionales. A pesar de las denuncias reiteradas, muchas compañías siguen aplicando sistemas de verificación basados únicamente en datos personales básicos como la fecha de nacimiento o el DNI en lugar de implementar tecnologías biométricas o autenticación multifactor para la gestión de duplicados de SIM.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha reclamado repetidamente una revisión completa de los protocolos de seguridad del sector, argumentando que las operadoras deben responder patrimonialmente cuando se demuestre que la suplantación ha sido posible debido a negligencias en sus sistemas de verificación. Algunos expertos en derecho digital señalan que los términos y condiciones que firman los usuarios al contratar sus líneas telefónicas contienen cláusulas abusivas que eximen a las compañías de cualquier responsabilidad en caso de fraude por suplantación de SIM incluso cuando se demuestra que no aplicaron las medidas de seguridad adecuadas. Esta situación genera indefensión en los consumidores, quienes frecuentemente se ven atrapados en un laberinto burocrático entre operadoras y entidades bancarias sin que ninguna asuma la responsabilidad por las pérdidas sufridas.