En el corazón del Pirineo aragonés, escondida entre valles y montañas que parecen sacados de un cuento nórdico, la cascada de Sorrosal emerge como un tesoro natural que transporta a quien la contempla a paisajes dignos de Islandia. Este espectacular salto de agua ubicado en Aragón, con sus impresionantes 100 metros de caída, se ha convertido en uno de esos rincones mágicos que sorprenden incluso a los viajeros más experimentados. La combinación perfecta entre la fuerza del agua que se precipita contra las rocas y el entorno salvaje que la rodea crea una atmósfera única, especialmente durante la Semana Santa, cuando el deshielo primaveral aumenta su caudal ofreciendo un espectáculo visual difícilmente olvidable.
A tan solo unos kilómetros de Broto, en la comarca del Sobrarbe y a las puertas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, este rincón aragonés ha ganado popularidad en los últimos años por su asombroso parecido con los paisajes islandeses. Sin embargo, a diferencia de los costosos viajes al país nórdico, esta maravilla natural se encuentra mucho más cerca y accesible, convirtiéndose en un destino perfecto para escapadas cortas como las que se realizan durante el periodo vacacional de Semana Santa. La cascada de Sorrosal, con su imponente caída y el eco del agua resonando entre las paredes rocosas, invita a sumergirse en un ambiente que evoca a las legendarias tierras del hielo y el fuego, pero sin necesidad de salir de la Península Ibérica.
5UN DESTINO IDEAL PARA ESCAPADAS DE SEMANA SANTA SIN MASIFICACIONES
A diferencia de otros destinos turísticos que sufren una masificación considerable durante periodos vacacionales como Semana Santa, la zona de Broto y la cascada de Sorrosal conservan todavía ese equilibrio perfecto entre ser accesibles y mantener cierta exclusividad. Aunque cada año reciben más visitantes atraídos por su belleza natural y las comparaciones con Islandia, el entorno sigue ofreciendo espacios de tranquilidad donde conectar con la naturaleza sin las aglomeraciones típicas de otros puntos turísticos más conocidos.
Para sacar el máximo partido a la visita durante la Semana Santa de 2025, es recomendable alojarse en el propio Broto o en alguno de los pueblos cercanos como Torla o Fiscal. Estos pequeños núcleos rurales cuentan con una oferta de alojamiento variada que va desde hoteles con encanto hasta casas rurales y apartamentos turísticos. La gastronomía local, basada en productos de montaña como las carnes, los quesos artesanales y las setas, supone otro de los grandes atractivos de la zona. Los restaurantes de la comarca ofrecen platos tradicionales aragoneses que complementan perfectamente la experiencia de naturaleza, permitiendo al visitante disfrutar de una inmersión completa en la cultura pirenaica sin necesidad de viajar hasta tierras nórdicas para sentirse en un entorno de película.