La llegada de la primavera suele asociarse con el despertar de la naturaleza, días más largos y temperaturas agradables, pero este año trae consigo un invitado indeseado que está llenando las consultas médicas de todo el país. La dolencia que está causando estragos entre los españoles de todas las edades se caracteriza por un conjunto de síntomas tan desagradables como limitantes: vómitos, diarrea, dolor abdominal y, en algunos casos, fiebre moderada. Los servicios de urgencias hospitalarias reportan un incremento de hasta un 40% en las atenciones relacionadas con problemas gastrointestinales, convirtiendo esta afección en un verdadero quebradero de cabeza para el sistema sanitario nacional.
Esta epidemia de gastroenteritis, que ya se ha ganado el título de «pesadilla primaveral», está alcanzando cifras récord en comparación con años anteriores. Las autoridades sanitarias muestran su preocupación ante un fenómeno que, si bien es relativamente común en esta época del año, ahora presenta una virulencia y capacidad de propagación sin precedentes. Factores como los cambios bruscos de temperatura típicos de la primavera española, el aumento de las interacciones sociales tras el invierno y la presencia de nuevas cepas virales más resistentes están contribuyendo a crear la tormenta perfecta que explica este aumento significativo de casos. Lo que empezó como un goteo de afectados se ha convertido rápidamente en un auténtico tsunami que pone a prueba tanto la resistencia física de los pacientes como la capacidad de respuesta del sistema sanitario.
4CONSEJOS PRÁCTICOS: CÓMO PROTEGERSE DE ESTA DOLENCIA PRIMAVERAL

La prevención se erige como la estrategia fundamental para evitar caer en las garras de esta gastroenteritis que está amargando la primavera a miles de españoles. El lavado de manos frecuente con agua y jabón durante al menos 20 segundos resulta la medida más efectiva, especialmente antes de manipular alimentos, después de usar el baño o al regresar a casa. Los geles hidroalcohólicos, tan popularizados durante la pandemia pero a menudo relegados en los últimos meses, recuperan ahora su protagonismo como aliados de emergencia cuando no se dispone de acceso a lavabo.
La alimentación segura también juega un papel crucial en la prevención de esta dolencia gastrointestinal. En primavera, con el aumento de las temperaturas, los alimentos se deterioran con mayor rapidez, por lo que resulta imprescindible extremar las precauciones en su conservación, cocinado y consumo. Los expertos recomiendan evitar mayonesas caseras y otras salsas elaboradas con huevo crudo, asegurar la correcta refrigeración de los alimentos perecederos y desconfiar de aquellos que hayan permanecido más de dos horas a temperatura ambiente. El agua de consumo también merece atención especial, especialmente en zonas rurales o durante excursiones a entornos naturales donde las fuentes pueden estar contaminadas por filtraciones o escorrentías primaverales, siendo recomendable optar siempre por agua embotellada o previamente hervida cuando existan dudas sobre su potabilidad.