La llegada de la primavera suele asociarse con el despertar de la naturaleza, días más largos y temperaturas agradables, pero este año trae consigo un invitado indeseado que está llenando las consultas médicas de todo el país. La dolencia que está causando estragos entre los españoles de todas las edades se caracteriza por un conjunto de síntomas tan desagradables como limitantes: vómitos, diarrea, dolor abdominal y, en algunos casos, fiebre moderada. Los servicios de urgencias hospitalarias reportan un incremento de hasta un 40% en las atenciones relacionadas con problemas gastrointestinales, convirtiendo esta afección en un verdadero quebradero de cabeza para el sistema sanitario nacional.
Esta epidemia de gastroenteritis, que ya se ha ganado el título de «pesadilla primaveral», está alcanzando cifras récord en comparación con años anteriores. Las autoridades sanitarias muestran su preocupación ante un fenómeno que, si bien es relativamente común en esta época del año, ahora presenta una virulencia y capacidad de propagación sin precedentes. Factores como los cambios bruscos de temperatura típicos de la primavera española, el aumento de las interacciones sociales tras el invierno y la presencia de nuevas cepas virales más resistentes están contribuyendo a crear la tormenta perfecta que explica este aumento significativo de casos. Lo que empezó como un goteo de afectados se ha convertido rápidamente en un auténtico tsunami que pone a prueba tanto la resistencia física de los pacientes como la capacidad de respuesta del sistema sanitario.
3CAUSAS DE LA EXPLOSIÓN: POR QUÉ ESTA DOLENCIA ARRASA EN PRIMAVERA

El análisis microbiológico de las muestras recogidas en diferentes puntos de España revela que esta oleada de gastroenteritis tiene múltiples causantes, aunque predominan los de origen viral. El norovirus y el rotavirus aparecen como los principales responsables, seguidos por adenovirus entéricos y, en menor medida, por bacterias como la Salmonella y el Campylobacter. La multiplicidad de agentes patógenos implicados explica la variabilidad en la presentación clínica y, a diferencia de brotes anteriores donde solía identificarse un patógeno dominante, dificulta la implementación de estrategias preventivas específicas.
Los factores ambientales propios de la primavera española están contribuyendo significativamente a la propagación de esta dolencia gastrointestinal. Los cambios bruscos de temperatura, característicos de esta estación en nuestro país, favorecen la supervivencia y multiplicación de los agentes infecciosos en el medio ambiente. Además, el aumento de las actividades sociales al aire libre, tan típicas con la llegada del buen tiempo, multiplica las oportunidades de contagio a través de alimentos mal conservados, agua contaminada o contacto directo con personas infectadas. Las celebraciones primaverales como comuniones, bodas y eventos familiares, donde se comparten platos y se relajan las medidas higiénicas habituales, están funcionando como auténticos aceleradores en la transmisión de esta dolencia, creando pequeños brotes localizados que rápidamente se expanden en círculos concéntricos, afectando a comunidades enteras en cuestión de días.