El 20 de marzo dos psicólogas contratadas para hablar a los padres del colegio Higland de El Encinar de La Moraleja (Madrid) en compañía de la coordinadora de los gabinetes psicopedagógicos de todos los centros y miembro del «Comité de Crisis de Highland se dirigía a los padres del colegio para intentar tranquilizarlos y decirles que «el colegio actuó con rapidez y transparencia». Cuatro días después de sus palabras el director, el padre Jesús María Delgado, también de la congregación Legionarios de Cristo como el cura detenido por presuntamente abusar de cinco niñas, presentaba su dimisión.
La nueva directora del Colegio Highlands El Encinar de La Moraleja será Marilú Álvarez, consagrada del Regnum Christi, que cuenta con una experiencia de 15 años en el mundo educativo desde que en 2009 empezó a trabajar en la Academia Le Châtelard (Suiza). Las consagradas del Regnun Christi se definen como «mujeres que hemos recibido una llamada personal de Cristo a seguirle y a vivir consagradas esponsalmente a Él. Y le hemos dicho que sí. Buscamos servir a las necesidades del mundo, de la Iglesia y del Regnum Christi, particularmente en la formación de apóstoles».
Álvarez tiene la difícil papeleta de lidiar con una crisis surgida a partir de la detención del padre Marcelino por la Policía y a la huida de familias y alumnos a otros colegios religiosos de la zona después del escándalo. De momento van unos cuarenta que han anunciado que no renovarán la matrícula, a pesar de que el colegio anunció que este año se podía hacer gratuitamente.
Las psicólogas Rocío Fernández y Lucía Gallego se dirigieron a los padres de las niñas que viven todas estas noticias con ansiedad y las dudas sobre si sacar a sus hijos del colegio o confiar en que con la detención del padre Marcelino el problema estaba solucionado.
Los principales aspectos de la charla, según varios asistentes a la misma, versaron sobre el «apoyo psicológico y recursos disponibles. Explicaron que el colegio ofrece servicios psicológicos externos con Emooti y Unipsi. Una de ellas dijo haber estado apoyando a las «familias y profesores afectados».
También aseguraron que los padres «están más afectados que los niños en muchos casos», que hay que «llevar al niño a un psicólogo infantojuvenil solo si presenta signos de alerta» y que «los médicos forenses mejor sólo en casos judicializados, ya que no son la mejor opción para apoyo psicológico», obviando que la única diligencia de oficio que va a solicitar un juez durante una causa penal es el reconocimiento de las niñas por un médico forense especialista de su juzgado y no por un psicólogo.
Las psicólogas alertaron de que el «abuso sexual infantil ha aumentado significativamente tras la pandemia. Más del 103% en delitos sexuales en general, más del 71% en niñas y adolescentes (sin penetración) y más del 48% con penetración», aunque tampoco explicaron de donde salían esos datos y sin pertenecían solo a delitos perpetrados en el ámbito escolar o en todos los ámbitos de la vida.
Luego dijeron algunas cosas que no parecen corresponderse con el modus operandi del Padre Marcelino, ya que afirmaron que los pederastas «actúan en privado, no suelen hacerlo en grupo» y que «nunca ha visto un caso donde una sola persona abuse de múltiples víctimas simultáneamente». Sin embargo, las niñas relatan episodios donde varias ven cómo esto ocurre.
La psicólogas también defendieron algunas cosas que no gustaron del todo a algunos de los padres presentes, lo más críticos con la política informativa del colegio. Explicaron que «los colegios serán más seguros después de este aprendizaje» y una de ellas mencionó que «en todos sus años de experiencia con muchos casos en distintos colegios, esta es la primera vez que ve una actuación tan transparente».
Luego también enunciaron tres factores de riesgo, sorprendente para alguno de los padres, ya que al menos uno es complicado de encontrar entre familias que pagan entre 500 a 900 euros al mes por alumno en un centro religioso de los Legionarios de Cristo. Las psicólogas hablaron de «familias inestables o con falta de supervisión, baja autoestima en los niños y exposición a adultos que puedan influenciarlos negativamente».
Este acto se enmarcó dentro de las acciones llevadas a cabo por la dirección del colegio Highland de el Encinar de la Moraleja (Madrid), donde prestaba sus servicios como capellán el cura detenido por, presuntamente, abusar de cinco niñas menores de edad. El colegio ha enviado desde entonces varias comunicaciones a los padres de los alumnos en los que pide «recuperar la paz y la serenidad», después de «una semana muy, muy intensa», sin mencionar al capellán detenido y acusado de abusos sexuales.
«Muy buenos días, queridos todos, Andrés nos ha comunicado a los Delegados que ha recibido una llamada del P. (padre) JM Delgado pidiendo una nueva fecha para el encuentro de seguimiento previsto para hoy, debido a que el P. (padre) Javier Cereceda está en una reunión de calado sobre el tema que nos ocupa y quiere estar presente en todos los encuentros de seguimiento. Esto es señal de que estamos avanzando. Tan pronto como tengamos nueva fecha, os la trasladaremos para que sigáis al día y en este buen camino que ya hemos iniciado.
Muchas gracias por vuestra paciencia y comprensión con estos cambios de ritmo». El padre Jesús María Delgado dimitió este pasado lunes.
En otro whatasapp posterior el colegio se dirigía a los padres de alumnos de nuevo a modo de aclaración: «Queridos todos. Tenemos un fin de semana por delante para recuperar la paz y la serenidad después de una semana muy, muy intensa. Somos conscientes que el aplazamiento de la reunión de seguimiento ha sido algo inesperado, sin embargo, a la vista de las constantes comunicaciones que he mantenido durante la semana con el equipo del colegio he sacado una lectura que quiero compartir con todos: el aplazamiento se debe a que están trabajando a fondo para recuperar la seguridad de la buena marcha del colegio y quieren dar respuesta al documento que les hemos trasladado con vuestras inquietudes. Así lo he entendido en cada conversación. Veo y tengo claro el esfuerzo y compromiso que están demostrando».
El colegio añadía que «por favor, miremos a la semana que viene con esperanza, nos hará bien a todos. Tan pronto como haya novedades nos las harán saber y por supuesto os las trasladaremos de inmediato. Ahora lo más importante es que descansemos, repongamos fuerzas y disfrutemos en familia del fin de semana que llega.¡Un fuerte abrazo a todos y que Dios os bendiga!».
Tampoco ni una palabra del padre Marcelino, detenido tras cinco denuncias de los padres de niñas del colegio.
FUGA DEL COLEGIO DE LA MORALEJA
Es cierto que el centro escolar intenta evitar la fuga de alumnos tras el escándalo surgido la semana pasada con la detención del padre Marcelino. Incluso el colegio religioso mandó el pasado 14 de marzo una circular a todos los padres «perdonando» la matricula de 150 euros obligatoria anualmente para conservar la plaza del próximo curso.
Según ha podido saber MONCLOA hasta una treintena de padres habrían decidido ya cambiar a sus hijos de colegio tras el escándalo y enviado la correspondiente comunicación a la secretaría del centro, por eso el gerente del mismo ha remitido una nota que reza así: «Estimados padres de familia: Nos ponemos en contacto con ustedes para informarles que en esta ocasión no se pasará al cobro, el próximo 20 de marzo, la cuota de reinscripción para el curso 2025-2026 por importe de 150 euros. Igualmente les rogamos que, en caso de causar baja definitiva para el próximo curso, sea comunicado por correo electrónico al Departamento de Administración (…) antes del 30 de abril».

Este comunicado se unía a otro de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) enviada esta misma semana para intentar tranquilizar a los progenitores en relación a la detención del cura acusado de pederastia a comienzos de mes.
El padre Marcelino está en libertad con medidas cautelares impuestas por el juzgado.