En la vasta despensa natural que ofrece nuestro planeta, existen auténticos tesoros nutricionales que, por desconocimiento o desuso, han caído en el olvido en muchos lugares. En España, a pesar de la riqueza y variedad de nuestra gastronomía, algunas frutas exóticas o menos comunes no han logrado hacerse un hueco en nuestros mercados ni en nuestros hábitos alimenticios. Sin embargo, redescubrir estas joyas olvidadas puede ser una excelente manera de enriquecer nuestra dieta, mejorar nuestra salud y sorprender a nuestro paladar. El nanche, esa fruta pequeña y redonda, es un claro ejemplo de ello.
Originario de América Central y del Sur, el nanche (Byrsonima crassifolia) es una fruta con un sabor dulce y ligeramente ácido, que recuerda a una mezcla entre cereza y manzana. Sin embargo, más allá de su delicioso sabor, el nanche destaca por sus propiedades nutricionales, que lo convierten en un auténtico superalimento. Rico en colágeno, vitamina A y fibra, el nanche ofrece numerosos beneficios para la salud, desde el cuidado de la piel y la visión hasta la mejora de la digestión y el fortalecimiento del sistema inmunológico.