El mercado de bebidas sin alcohol ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, transformando lo que antes era una opción marginal en una auténtica tendencia de consumo. La cerveza sin alcohol lidera este cambio de paradigma en España, donde su consumo se ha duplicado en apenas una década, convirtiéndose en la alternativa preferida para quienes buscan disfrutar del sabor sin los efectos del etanol. Este fenómeno responde a un cambio social profundo, donde la preocupación por la salud y el bienestar ha modificado nuestros patrones de consumo tradicionales.
No obstante, tras este boom saludable se esconden algunas realidades poco conocidas que merecen nuestra atención. Mientras las etiquetas destacan la ausencia de alcohol como principal reclamo, otros ingredientes presentes en estas bebidas pasan desapercibidos para el consumidor medio. El azúcar añadido, los conservantes y ciertos aditivos conforman esa letra pequeña que rara vez leemos, pero que puede tener un impacto significativo en nuestra salud. La popularidad de estas alternativas ha crecido a tal velocidad que la información sobre su composición no siempre ha acompañado ese ritmo vertiginoso de crecimiento en los lineales de supermercados y bares de toda España.
1EL AUGE DE LAS BEBIDAS SIN ALCOHOL EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA

Los datos no dejan lugar a dudas: el consumo de bebidas sin alcohol en España ha experimentado un incremento sostenido del 20% anual desde 2018. Este fenómeno no responde únicamente a modas pasajeras, sino a una transformación profunda en los hábitos de consumo de los españoles. La cerveza sin alcohol representa ya el 15% del mercado cervecero nacional, consolidándose como un producto mainstream que ha dejado atrás su estigma de alternativa inferior. Los motivos detrás de esta tendencia son diversos, desde una mayor concienciación sobre los riesgos del alcohol hasta la búsqueda de opciones compatibles con estilos de vida más saludables que permitan mantener la socialización sin efectos indeseados.
El perfil del consumidor también ha evolucionado significativamente, rompiendo con estereotipos del pasado. Ya no se trata únicamente de conductores o personas con intolerancias, sino que abarca un espectro mucho más amplio de la población. Los jóvenes entre 25 y 35 años constituyen ahora el grupo demográfico que más cerveza sin alcohol consume en España, seguidos por profesionales de mediana edad. Esta normalización del consumo se refleja en la creciente presencia de estas bebidas en eventos sociales, restaurantes de alta gama y momentos de ocio donde antes solo tenían cabida sus homólogas alcohólicas como única opción respetable en la mesa.