miércoles, 2 abril 2025

Di adiós al bajón de después de comer con este truco que no incluye cafeína

Ese agotamiento que nos invade tras la comida, esa sensación de necesitar un sofá con urgencia para dejarnos caer, tiene solución sin recurrir a la cafeína. El truco para combatir este bajón postprandial está revolucionando las rutinas laborales de miles de españoles que buscan mantener su productividad durante toda la jornada. La ciencia ha demostrado que nuestro organismo experimenta una disminución natural de energía después de las comidas, fenómeno que afecta especialmente a quienes consumen alimentos ricos en carbohidratos o grasas, pero existe una alternativa sencilla y efectiva para recuperar el ánimo sin recurrir a estimulantes.

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Los expertos en cronobiología y neurociencia llevan años estudiando los ciclos naturales de energía del cuerpo humano y sus conclusiones son reveladoras. Las investigaciones muestran que podemos aprovechar estos ciclos a nuestro favor mediante técnicas específicas de descanso controlado, logrando resultados sorprendentes en términos de recuperación cognitiva y física sin necesidad de alterar nuestros horarios habituales ni consumir sustancias estimulantes. Esta solución, accesible para cualquier persona independientemente de su entorno laboral, promete cambiar la forma en que afrontamos la segunda mitad de nuestra jornada.

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CÓMO IMPLEMENTAR CORRECTAMENTE LA MICRO-SIESTA DE 7 MINUTOS

Fuente Freepik

Aplicar correctamente este truco requiere algunos ajustes y consideraciones para maximizar sus beneficios. Lo primero es encontrar un espacio adecuado, que no necesariamente debe ser una cama o sofá, pudiendo funcionar perfectamente una silla reclinable o incluso el propio escritorio apoyando la cabeza sobre los brazos cruzados, siempre que permita adoptar una postura relativamente cómoda durante esos minutos. Es fundamental utilizar un temporizador preciso que nos despierte exactamente a los 7 minutos, evitando así entrar en fases de sueño más profundas que podrían producirnos aturdimiento al despertar.

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La práctica regular es clave para que este truco de la micro-siesta funcione óptimamente. Nuestro cerebro necesita habituarse a este patrón de descanso ultrabreve, mejorando progresivamente su capacidad para entrar rápidamente en un estado de relajación profunda que proporcione los máximos beneficios en ese limitado intervalo de tiempo. Expertos recomiendan mantener un horario constante para esta pausa, preferiblemente entre 20 y 30 minutos después de terminar de comer, cuando los primeros síntomas del bajón energético comienzan a manifestarse pero antes de que nos afecten plenamente, permitiendo así anticiparnos a la somnolencia en lugar de combatirla cuando ya está instalada.

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