La leche, ese líquido blanco que ha acompañado al ser humano desde la infancia, ha evolucionado en un campo de batalla donde vacas, almendros y avena se disputan el trono. Lo que antes era una elección sencilla entre entera, semi o desnatada, ahora se ha convertido en un laberinto de opciones vegetales que prometen ser más saludables y sostenibles.
En este ring nutricional, dos contendientes destacan por su popularidad y por la encarnizada lucha que libran en las estanterías de los supermercados: la leche de avena y la de almendras. Ambas se presentan como alternativas a la leche de vaca, pero ¿cuál de ellas es la verdadera ganadora? La respuesta, como suele ocurrir en estos casos, no es tan sencilla como parece.
4MÁS ALLÁ DE LA AVENA Y LAS ALMENDRAS: OTRAS LECHES VEGETALES A CONSIDERAR

Además de la leche de avena y la de almendras, existen otras opciones vegetales que pueden ser interesantes para variar nuestra dieta y descubrir nuevos sabores. La leche de soja, por ejemplo, es una buena fuente de proteínas y tiene un perfil nutricional similar al de la leche de vaca. Sin embargo, algunas personas son alérgicas a la soja o prefieren evitarla por otros motivos. Un contendiente clásico con sus defensores y detractores.
La leche de arroz es otra opción popular, especialmente para personas con alergias o intolerancias alimentarias, ya que es baja en alérgenos. Sin embargo, su contenido de nutrientes es relativamente bajo, y su índice glucémico es alto, lo que puede ser un inconveniente para personas con diabetes. Una opción segura pero poco nutritiva.
La leche de coco, por su parte, se caracteriza por su sabor exótico y su alto contenido de grasas saturadas. Si bien estas grasas no son tan perjudiciales como se pensaba antiguamente, es importante consumirla con moderación. Una opción sabrosa pero con reservas.