Madrid llegará en menos de una década a los 10 millones de habitantes. La Comunidad suma una media de 120.000 personas al año entre nacimientos y los llegados desde otras zonas de España y extranjeros, con el motor de la captación de talento. El reto en el sector inmobiliario es enorme debido a la escasa oferta para albergar a todos ellos.
En la Comunidad de Madrid son conscientes de este problema y se trata de resolver con la construcción de vivienda de alquiler asequible, como los miles de inmuebles del Plan Vive, pero es insuficiente a los ojos de los promotores, cuya patronal en Madrid, Asprima, considera que se está haciendo un urbanismo del s.XVII para arreglar un problema del s. XXI.
Asprima pone en valor la labor de Rafael García, viceconsejero de Territorio de Madrid, quien ha realizado «un mayor trabajo en dos años que otros muchos con mucho más tiempo en el cargo».
Madrid llegará a esos 10 millones y para ello necesitará flexibilizar los usos del suelo, tal y como se aprobó recientemente para que los Ayuntamientos pudieran dar la licencias y permisos en tiempos ágiles para transformar oficinas en viviendas. No obstante, algunos consistorios se resisten a realizar estos cambios y esquivan la normativa de la Comunidad, mientras que algunos permisos, como la electricidad, también dependen de otras Administraciones, como el Estado.
MADRID TENDRÁ SUS 10 MILLONES DE HABITANTES
Estos nuevos madrileños deben estar dotados de infraestructuras para cubrir necesidades básicas, como sanidad y educación. A juicio de Jorge Ginés, director general de Asprima, el debate se centra en qué quiere ser Madrid: o una megalópolis o como metrópoli. Al contrario que Barcelona, en Madrid no existe un Área Metropolitana como tal, pero solo 27 de los 179 municipios de la Región albergan el 85% de los habitantes, siendo Madrid capital el mayor de todos ellos con 3,5 millones, casi el triple que la ciudad de Barcelona y más de los 41 municipios que conforman el área metropolitana.
Las conexiones en Madrid, además, están mejor distribuidas respecto a Barcelona, donde el tren no llega a municipios situados a solo 8 km de la Ciudad Condal, mientras que todos los pueblos de Madrid, incluidos también en la sierra norte tienen su estación de ferrocarril o bien tienen proyectos aprobados para su construcción, como la esperada estación de Soto del Real.

Madrid, al contrario que Barcelona, puede crecer tanto a lo largo como a lo ancho, y es la puerta de entrada del capital al resto de España. De hecho, desde el inicio del ‘procés’, la Región se ha convertido en un imán para la inversión extranjera neta.
Solo en 2024, España recibió 22.757 millones de euros de inversión, más de la mitad recaló en la Región, con un total de en 2024 la Comunidad de Madrid se llevó más de la mitad de la inversión extranjera neta con 11.961 millones, un ligero descenso del 3% respecto al ejercicio anterior, que sumó otros 12.326 millones. Madrid recibió el triple que Cataluña, que se quedó con 4.232 millones, un aumento del 7,3%; mientras que en el País Vasco el desplome fue del 22,9%, hasta los 1.053 millones.
En Asprima tienen claras las tendencias contrarias que se están dando en España. Ginés destaca la política clara desempeñada en Málaga y la contraria en el área metropolitana de Barcelona, con restricciones a los constructores, sin suelo edificable y con trabas burocráticas que alejan la inversión inmobiliaria hacia otras zonas.
EL DILEMA: UNA GRAN CIUDAD O UNA ESPAÑA VERTEBRADA
Eso sí, Madrid tiene sus limitaciones, como ocurre con Barcelona. No hay mar en la Región, pero sí una gran superficie protegida, en concreto el 50% del suelo libre está en este tipo de terreno, según apunta Julián Salcedo, presidente del Foro de Economistas Inmobiliarios. No obstante, Madrid está desarrollando 280.000 viviendas y una vez terminen de edificarse tan solo habrá un 2% del total del suelo disponible para nuevas construcciones, según los cálculos del economista.
Por esta razón, se insta a modificar los usos del suelo lo antes posible y adelantarse al futuro dado que su escasez pondrá el precio por las nubes. «Habrá que poner suelo en carga cuando se necesite o mal irá», ha sostenido.
«Madrid debe ser puerta de entrada y al mismo tiempo un repartidor hacia el resto de España», sostiene Fernando Caballero Mendizábal durante la presentación de su libro Madrid DF, que tuvo lugar la pasada semana. Autor del libro el autor del libro Madrid DF. En caso contrario, la Región se convertiría en un agujero negro en vez de un agente catalizador para ayudar al resto a crecer. En este sentido, Madrid puede conectarse mejor a 200 km a la redonda para dar futuro a otras ciudades y pequeñas comarcas, como Talavera y Sigüenza para evitar convertirse en la actual París, donde fuera de la gran ciudad no hay nada más.
Para ello, hay que apostar por los ferrocarriles, doblando los Cercanías, aumentando aún más el Metro, y para ello es necesario el concurso del Estado y otras Comunidades Autónomas. En este sentido, Madrid ha superado como refugio a Miami, con el objetivo de convertirse en una metrópoli, sin convertirse en una megalópolis, que absorbe todo sin dejar nada.
MADRID SUPERA A MIAMI COMO ATRACCIÓN
El modelo pasaría por un Madrid como motor del resto, tirando del carro, pero al mismo tiempo ayudando a mejorar al resto de las capitales de provincia y pequeñas comarcas. Una fórmula que convierte a Madrid como el motor vertebrado, pero conectando a todas las ciudades y grandes municipios de las provincias al mismo tiempo, dinamizando así la economía y creando ejes económicos.
Según el escritor, la atracción de fiscal, así como los servicios dados serán fundamentales en un futuro. En caso contrario, las zonas «se mueren», como pasaría con Sigüenza en caso de que no haya infraestructuras. Para Salcedo, será compleja la realidad en un futuro debido a los menores ingresos por la natalidad. «No habrá inversión en infraestructuras», destaca Valentín Pich, presidente del Colegio de Economistas.