Subir a un avión es, para muchos, el preludio de unas vacaciones soñadas o el cumplimiento de un importante compromiso laboral. Sin embargo, la experiencia de volar puede verse empañada por un factor que a menudo pasamos por alto: la comida que nos sirven a bordo. Una elección descuidada puede convertir un viaje placentero en una auténtica tortura digestiva.
El avión, ese medio de transporte que nos permite cruzar continentes en cuestión de horas, se convierte a veces en una trampa gastronómica donde la salud y el bienestar quedan relegados a un segundo plano. La oferta de comida a bordo, caracterizada por su alto contenido en sodio, grasas y carbohidratos simples, puede ser un auténtico enemigo para nuestro organismo.
3OPCIONES SALUDABLES PARA COMER EN UN AVIÓN

Afortunadamente, no todo está perdido. Si quieres comer de forma saludable en un avión, existen algunas opciones que puedes elegir para minimizar los riesgos. Las ensaladas, por ejemplo, pueden ser una buena alternativa, siempre y cuando evites los aderezos cremosos y optes por aliños ligeros a base de aceite de oliva y vinagre. Una opción fresca y ligera, pero con precaución.
Los sándwiches integrales con verduras y proteínas magras, como pollo o pavo, también pueden ser una buena elección. Asegúrate de que el pan sea integral y de que el relleno no contenga salsas grasas ni embutidos procesados. Un clásico renovado que puede ser saludable si se elige bien.
Las frutas frescas, como manzanas, plátanos o naranjas, son una excelente opción para hidratarte y obtener vitaminas y minerales. Además, su sabor dulce puede ayudarte a calmar la ansiedad y a evitar la tentación de consumir alimentos poco saludables. Un aliado natural para mantener la salud y el bienestar.