Al adquirir un coche, uno de los aspectos más importantes a considerar son los documentos que lo acompañan. Entre estos, la ficha técnica y la ficha reducida juegan un papel crucial, aunque muchas veces no se comprende del todo en qué se diferencian y cuál es la finalidad de cada una. La ficha técnica es un documento técnico que recoge todas las características del vehículo, siendo fundamental para su identificación y aseguramiento. Por otro lado, la ficha reducida ofrece un resumen más conciso de esos datos, facilitando su consulta en situaciones concretas.
Ambos documentos son esenciales, no solo para los propietarios de vehículos, sino también para los conductores en general. La ficha técnica incluye información detallada sobre el coche, como el peso, el tipo de combustible o las especificaciones del motor, aspectos que pueden ser determinantes al momento de realizar trámites administrativos o en caso de siniestros. A su vez, la ficha reducida se convierte en una herramienta práctica y ágil para situaciones que requieren un acceso rápido a la información del automóvil. Pero, ¿cuáles son las diferencias clave entre estas dos fichas y cómo deben utilizarse?
3DIFERENCIAS CLAVE ENTRE FICHA TÉCNICA Y FICHA REDUCIDA

Las diferencias más evidentes entre la ficha técnica y la ficha reducida del coche radican en la cantidad de información que cada una presenta. Mientras que la ficha técnica proporciona una descripción exhaustiva y detallada de todas las características del vehículo, incluyendo aspectos técnicos, de seguridad y medioambientales, la ficha reducida se enfoca en ofrecer una visión general y accesible. Esta diferencia en la presentación de la información es crítica, ya que influye en cómo se debe utilizar cada uno de estos documentos.
Además, la ficha técnica es un requisito legal que necesita ser presentado en diversas situaciones, como en la ITV o al realizar cambios importantes en la configuración del vehículo, mientras que la ficha reducida puede utilizarse para trámites administrativos más simples que no requieren de información exhaustiva. Por ejemplo, al momento de comprar un coche de segunda mano, la ficha reducida es ideal para facilitar el intercambio de información básica entre el comprador y el vendedor, evitando la sobrecarga de datos técnicos que puede resultar confusa.
Otra diferencia importante es la naturaleza de ambos documentos. La ficha técnica es un documento oficial que se emite por la DGT y requiere cumplir con ciertos estándares y formalidades. Por su parte, la ficha reducida no tiene necesidad de ser un documento estandarizado, ya que su objetivo es simplificar la información existente. En algunas ocasiones, se pueden generar fichas reducidas en documentos que ahora están disponibles digitalmente, haciendo que el acceso a la información sea más rápido y efectivo.