El panorama de la seguridad en el comercio minorista español ha experimentado un cambio significativo en los últimos meses, evidenciando una nueva tendencia en los patrones de hurto. Los supermercados de todo el país están siendo testigos de un fenómeno sin precedentes que refleja la actual situación económica y social de España: el aceite de oliva se ha convertido en el producto más sustraído, desbancando al alcohol que tradicionalmente ocupaba este dudoso primer puesto. Este giro inesperado no solo revela las consecuencias directas del encarecimiento de los productos básicos, sino que también pone de manifiesto la presión económica que soportan muchos hogares españoles.
La situación actual no deja de ser paradójica y preocupante a partes iguales. El denominado «oro líquido», seña de identidad de la gastronomía española y pilar fundamental de la dieta mediterránea, se ha transformado en un artículo de lujo para muchas familias debido a su desmedido incremento de precio. Los datos proporcionados por las principales cadenas de distribución confirman esta nueva realidad: las botellas de aceite de oliva están siendo protegidas con sistemas antihurto similares a los utilizados en productos tecnológicos o alta gama, una imagen que hace apenas unos años habría resultado completamente inverosímil en los pasillos de nuestros supermercados.
4LAS CONSECUENCIAS SOCIALES DE UN FENÓMENO EN AUGE

El incremento de los hurtos de aceite de oliva va más allá de las estadísticas y los balances económicos, revelando una realidad social preocupante. El encarecimiento desproporcionado de un producto tan arraigado en nuestra cultura gastronómica ha generado tensiones socioeconómicas evidentes. Muchas familias, presionadas por la inflación general y el estancamiento de los salarios, se ven obligadas a modificar sus hábitos de consumo, relegando el aceite de oliva a un uso ocasional o sustituyéndolo por alternativas menos saludables pero más accesibles económicamente.
Esta situación ha propiciado el surgimiento de un mercado negro de aceite de oliva, alimentado por los productos sustraídos de los supermercados. Según fuentes policiales, se han desmantelado varias redes dedicadas a la reventa de productos hurtados, entre los que el aceite de oliva ocupa un lugar prominente junto a otros artículos de alto valor como los jamones ibéricos o determinados quesos gourmet. El 71% de las cadenas de supermercados pronostican que esta tendencia al alza en los hurtos continuará durante 2025, lo que sugiere que el problema dista mucho de estar controlado y que las medidas actuales podrían resultar insuficientes a medio plazo.