El panorama automovilístico actual sorprende a muchos usuarios cuando descubren un hueco vacío donde antes se ubicaba un elemento que consideraban imprescindible. Los coches modernos llegan cada vez con más frecuencia a los concesionarios desprovistos de aquello que durante décadas fue un seguro de vida para los conductores: la rueda de repuesto. Esta tendencia, que comenzó como una excepción en modelos específicos, se ha extendido progresivamente hasta convertirse en una norma que afecta a prácticamente todas las marcas y segmentos del mercado.
Numerosos conductores se preguntan por qué los fabricantes han tomado esta decisión que, a primera vista, parece perjudicar directamente al usuario final. La respuesta tiene múltiples aristas, pero la principal se relaciona con los cada vez más estrictos requisitos medioambientales que deben cumplir los fabricantes. El peso es un enemigo directo del consumo y, por ende, de las emisiones contaminantes, por lo que eliminar componentes como la rueda de repuesto (que puede superar los 20 kilogramos) representa una solución sencilla para acercarse a los objetivos impuestos por las normativas europeas.
5EL FUTURO DE LA MOVILIDAD: ¿VOLVERÁ LA RUEDA DE REPUESTO?

Los expertos del sector coinciden en que la tendencia a prescindir de la rueda de repuesto continuará e incluso se intensificará en los próximos años. La electrificación del parque automovilístico, con baterías que añaden un peso considerable a los vehículos, hará aún más crítica la necesidad de aligerar otros componentes. Los coches eléctricos, que ya representan un porcentaje creciente de las ventas en España, rara vez incluyen rueda de repuesto en su configuración de fábrica.
Las tecnologías alternativas continúan evolucionando para ofrecer soluciones más eficaces. Los neumáticos autorreparables o run-flat, capaces de circular durante decenas de kilómetros tras un pinchazo, ganan terreno en los segmentos premium. Paralelamente, los sistemas de monitorización de presión se vuelven cada vez más precisos y pueden alertar al conductor antes de que un neumático llegue a desinflarse completamente, reduciendo los riesgos asociados a los pinchazos súbitos. El desarrollo de materiales más resistentes a los pinchazos y la mejora en los compuestos de los neumáticos también contribuyen a minimizar la necesidad de contar con una rueda de repuesto tradicional, aunque ninguna de estas soluciones ofrece todavía la tranquilidad que proporciona saber que se dispone de un recambio completo en el maletero.