El consumo de leche entera forma parte fundamental de la cesta de la compra en los hogares españoles, siendo uno de los productos más escrutados por su importancia nutricional. La OCU ha actualizado recientemente su análisis sobre la calidad de las diferentes marcas disponibles en el mercado nacional, arrojando resultados sorprendentes que podrían cambiar nuestras decisiones durante la compra semanal. Este tipo de estudios resulta fundamental para orientar a los consumidores en un mercado saturado de opciones y donde la publicidad no siempre refleja la verdadera calidad del producto.
Los españoles consumimos de media unos 70 litros de leche por persona al año, convirtiendo este producto en uno de los pilares de nuestra alimentación cotidiana. Las valoraciones realizadas por organismos independientes como la OCU adquieren, por tanto, una relevancia significativa para millones de consumidores que buscan optimizar la relación calidad-precio en cada compra. El análisis ha evaluado factores como la presencia de proteínas, grasas, composición nutricional, presencia de aditivos y otros elementos que determinan la calidad final del producto que llevamos a nuestra mesa.
2CENTRAL LECHERA ASTURIANA: TRADICIÓN QUE NO GARANTIZA LA MÁXIMA CALIDAD

Contrariamente a lo que muchos consumidores podrían esperar, Central Lechera Asturiana, una de las marcas más reconocidas del panorama lácteo español, ha obtenido una calificación de apenas 64 puntos sobre 100 en el último análisis de la OCU. Este resultado sitúa a esta emblemática marca en el incómodo podio de las peores valoradas, algo que resulta especialmente llamativo considerando su posicionamiento premium en el mercado. La diferencia entre la percepción generalizada sobre esta marca y los resultados obtenidos en las pruebas objetivas evidencia la distancia que puede existir entre marketing y realidad, un fenómeno cada vez más común en el sector alimentario.
Los analistas de la OCU han detectado diversas deficiencias que justifican esta baja puntuación, relacionadas principalmente con aspectos nutricionales y de composición. A pesar de su larga trayectoria en el mercado español y su fuerte presencia publicitaria, los parámetros objetivos evaluados no respaldan la imagen de calidad superior que la marca ha construido durante décadas en el imaginario colectivo. Este caso ilustra perfectamente cómo las tradiciones y percepciones arraigadas no siempre se corresponden con la calidad real de los productos, algo que los consumidores deberían tener muy presente al realizar sus elecciones en el supermercado.