En las últimas semanas, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha lanzado una nueva normativa que ha generado numerosas dudas y controversias entre los conductores. Esta vez, el foco ha estado en la cantidad de alcohol permitida para aquellos que deben conducir, específicamente en cuanto a las cervezas que se pueden consumir sin superar el límite legal de alcoholemia. La palabra clave “cervezas” se convierte en un elemento clave en este debate, dado que su popularidad puede llevar a malentendidos sobre su efecto en la conducción.
Con respecto a la alcoholemia, está claro que desde que se publicó la nueva normativa, muchos conductores se han sentido confundidos sobre cómo afectan las cervezas a su capacidad para conducir. La DGT aclara que, aunque el límite legal es de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre, el impacto del alcohol en el organismo comienza mucho antes de alcanzar este umbral. Así, incluso con un nivel de alcoholemia de entre 0,3 y 0,5 gramos, que se puede alcanzar con aproximadamente dos cervezas, se incrementa el tiempo de reacción y surgen problemas de coordinación, poniendo en riesgo la seguridad vial.
1EL IMPACTO DEL ALCOHOL EN LA CONDUCCIÓN
El alcohol afecta de manera notable las capacidades físicas y mentales necesarias para conducir con eficacia. Desde la disminución de la atención hasta la falta de coordinación, sus efectos pueden ser devastadores. La DGT ha puesto especial énfasis en que conduzca de forma responsable, y esto implica ser consciente de lo que implica consumir alcohol. Cuando se habla de cervezas, muchas personas suelen subestimar su contenido alcohólico, creyendo erróneamente que una bebida ligera no tendrá un efecto significativo en sus habilidades al volante.
Las cervezas, a pesar de ser consideradas bebidas “más suaves” en comparación con otras alcohólicas, han mostrado tener un impacto considerable. Mientras que algunos piensan que dos cervezas pueden ser inofensivas, el cuerpo comenzará a experimentar una descompensación de sus capacidades motoras y de razonamiento. Así, aunque la normativa de la DGT permita cierta cantidad de alcohol en sangre, los efectos se notan mucho antes de alcanzar esos niveles permitidos, y esto es algo que cada conductor debería tener presente.
De hecho, investigaciones han demostrado que incluso un bajo nivel de alcohol puede alterar el comportamiento y la toma de decisiones. Esto es especialmente relevante en situaciones de alta presión, como la conducción, donde la reacción rápida es esencial. Por esta razón, es importante no solo considerar la cantidad consumida, sino también la posibilidad de que el cuerpo reaccione de manera diferente según el estado físico de cada persona, el tipo de cerveza y el tiempo transcurrido desde su consumo.
