La era digital ha traído consigo múltiples ventajas, pero también ha abierto las puertas a un sinfín de riesgos, principalmente los fraudes que acechan a los usuarios desprevenidos. Un fenómeno que está ganando notoriedad en los últimos meses es el fraude conocido como ‘tabnabbling’. Este término, relativamente nuevo, hace referencia a una técnica que varios ciberdelincuentes están utilizando para engañar a usuarios en línea y sustraer información confidencial, así como datos bancarios. La Policía Nacional ya ha comenzado a investigar este tipo de estafa, que se basa en un comportamiento muy ingenioso y persuasivo.
El ‘tabnabbling’ se caracteriza por la manipulación emocional y cognitiva que sufren las víctimas durante su navegación. Al abordar la educación digital y la seguridad en línea, es fundamental comprender en qué consiste este tipo de fraude y cómo prevenirlo. El conocimiento es la mejor herramienta para protegerse en un entorno donde cada clic puede convertirse en una trampa. Los delincuentes han perfeccionado sus técnicas y el hecho de ser conscientes de estas estrategias se vuelve esencial para salvaguardar nuestra información y, sobre todo, nuestras finanzas personales.
1CÓMO FUNCIONA EL ‘TABNABBLING’
El fraude conocido como tabnabbling se basa en una estrategia de distracción que se ejecuta mientras un usuario navega por diferentes sitios web. Esta técnica consiste en hacer que los usuarios pierdan el foco de su actividad original, orientándolos hacia un objetivo engañoso. Los delincuentes crean ventanas emergentes o pestañas que imitan a las originales de navegadores conocidos, haciendo que el usuario crea que está interactuando con un sitio legítimo. A menudo, estas ventanas piden información sensible, como contraseñas o datos de tarjetas de crédito, perpetuando así el engaño.
Los ciberdelincuentes aprovechan la creciente familiaridad de las personas con la navegación por Internet. A medida que más usuarios utilizan distintas plataformas digitales, la posibilidad de un fraude aumenta al generar una falsa sensación de confianza. La mayoría de las personas pueden ser engañadas por un diseño visual convincente que imita a los sitios legítimos. Esta ingeniería social se basa en la idea de que las víctimas, al sentirse seguras, proporcionarán la información confidencial que buscan los estafadores.
En muchos casos, este tipo de fraude no solo se limita a la sustracción de información bancaria, sino que incluso puede dar lugar a un robo de identidad total. La información que se obtiene puede ser utilizada para abrir cuentas fraudulentas en bancos o para realizar compras en línea a costa de la víctima. Por ello, es esencial estar siempre alerta y mantener una mentalidad crítica ante cualquier interacción que suceda en línea.
