Viajar con nuestra mascota es una preocupación cada vez más común para quienes consideran a sus animales de compañía como miembros esenciales de la familia. Aunque hace unos años la idea de subir a un avión con perros, gatos o incluso aves era algo poco frecuente, hoy en día volar con una mascota se ha convertido en una práctica cada vez más habitual, especialmente con la creciente oferta de aerolíneas que permiten su transporte. Sin embargo, no todas las mascotas pueden volar libremente y, para que esto sea posible, es imprescindible cumplir con una serie de requisitos que varían según la aerolínea, el país de destino y el propio animal.
Llevar a tu mascota en avión puede ser mucho más sencillo de lo que parece, siempre y cuando conozcas de antemano las normativas específicas y te prepares con la documentación y los equipos adecuados. Desde el tamaño del transportín hasta las vacunas requeridas, son muchos los aspectos a tener en cuenta antes de embarcar en un vuelo con tu mascota. A continuación, desgranamos las claves para viajar sin contratiempos acompañado de tu mejor amigo peludo o emplumado.
3¿CABINA O BODEGA? DIFERENCIAS Y REQUISITOS ESPECÍFICOS

Una de las decisiones más importantes al volar con una mascota es determinar si viajará en cabina o en la bodega del avión. La normativa varía según la aerolínea, pero el factor principal sigue siendo el peso del animal y su transportín. Como regla general, los animales pequeños (hasta 7-10 kilos) pueden viajar en cabina en un transportín autorizado que quepa debajo del asiento, mientras que los animales más grandes deben ser transportados en la bodega.
Volar en cabina suele ser menos estresante tanto para la mascota como para el dueño, ya que el animal estará en contacto cercano durante todo el trayecto. Sin embargo, dentro de la cabina, es obligatorio que el animal permanezca en su transportín durante el vuelo, sin posibilidad de sacarlo. Por otro lado, aunque la bodega suele estar presurizada y aclimatada para garantizar la comodidad del animal, esta opción puede generar mayor nerviosismo en algunas mascotas, especialmente en trayectos largos.
Asimismo, hay que considerar que ciertos tipos de bodega y aviones no están diseñados para transportar animales. Por ello, hay aerolíneas que no permiten viajar con mascotas en determinadas rutas o épocas del año, debido a riesgos asociados a las temperaturas extremas. También es recomendable consultar con el veterinario antes de optar por esta modalidad, ya que algunos animales pueden requerir tranquilizantes suaves para reducir el estrés en vuelos largos.