La seguridad vial es un asunto que nos concierne a todos, y en el que todos los elementos de nuestro vehículo juegan un papel fundamental. Un correcto mantenimiento de los neumáticos, ese componente esencial que a veces pasa desapercibido, y la propia DGT nos recuerdan que su buen estado es crucial para evitar sustos en la carretera, es fundamental para garantizar una conducción segura y eficiente. ¿Sabemos realmente cuándo es el momento adecuado para sustituirlos?
En este contexto, las directrices de la DGT son claras, y conocerlas puede marcar la diferencia entre un viaje tranquilo y un incidente. No se trata solo de cumplir con la ley, sino de proteger nuestra vida y la de los demás, algo que debería estar siempre en la cúspide de nuestras prioridades como conductores.
3LA PRESIÓN, ESA GRAN OLVIDADA (INDICADA POR LA DGT)
Un aspecto fundamental, y a menudo descuidado, es el mantenimiento de la presión correcta de los neumáticos. Circular con una presión inadecuada, ya sea por exceso o por defecto, no solo afecta al desgaste prematuro, sino que también compromete la estabilidad del vehículo y aumenta la distancia de frenado. Es importante, por tanto, que sigas las instrucciones de la DGT.
Una presión baja aumenta la superficie de contacto con el asfalto, generando un mayor rozamiento y, por tanto, un mayor consumo de combustible. Además, los flancos del neumático sufren un mayor desgaste, aumentando el riesgo de reventón. Un control periódico evita muchos problemas.
Por el contrario, una presión excesiva reduce la superficie de contacto, disminuyendo la adherencia y haciendo que el vehículo sea más sensible a las irregularidades del terreno. La DGT aconseja revisar la presión de los neumáticos, al menos una vez al mes y siempre antes de un viaje largo, utilizando un manómetro fiable y siguiendo las indicaciones del fabricante del vehículo.