Desde mediados de los años 90 las instituciones madrileñas se marcaron como algo fundamental limpiar la Región de núcleos de infraviviendas y chabolas. Comenzó un gran desmantelamiento de poblados históricos como el de la Celsa, la Rosilla o el de Peñagrande entre otros. Un objetivo social y económico para borrar los restos del gran desarrollo industrial y éxodo hacia la capital de finales de los años setenta.
Pero el trabajo no ha acabado en la actualidad todavía quedan restos del que en su día fue considerado una de las zonas más problemáticas de la Unión Europea, como era la La Cañada Real y otra más olvidada, pero no menos conflictiva, como es el poblado de Las Sabinas, entre los términos municipales de Móstoles y de Arroyomolinos. Y dentro de la cuenca del Parque Nacional del Guadarrama
Allí, emerge un poblado de infraviviendas rodeados de basura como un vertedero donde conviven centenares de personas en condiciones infrahumanas que están deteriorando la cuenca del Río Guadarrama y que entre las toneladas de basura y las malas condiciones de decenas de centenares de familias, sirven de refugio para el tráfico de drogas, el robo de cobre y de escondite de bandas de aluniceros. Hay que recordar que en este poblado la Guardia Civil llegó a detener a los miembros del clan de los Bote Vargas, la saga que popularizo la conocida técnica del alunizaje en Madrid, según relata un Guardia Civil de la zona a MONCLOA.COM.

LAS CONTINUAS LLUVIAS VUELVEN A SACAR UN VIEJO PROBLEMA EN LA REGIÓN DE MADRID
El olvidado y conflictivo poblado suele recuperar de vez en cuando la palestra mediática madrileña siempre por sucesos delictivos o relacionados con la cantidad de basura que se acumula dentro de un Parque Nacional. Pero esta vez han sido las tremendas y continuas lluvias que están cayendo en la Comunidad de Madrid.
Por este motivo, y con el Ayuntamiento de Móstoles llevando la batuta, se han evacuado estos días a 242 personas del citado poblado por la tremenda crecida que ha sufrido el Río Guadarrama y que ha puesto en riesgo a los habitantes de la zona.
Según informó Telemadrid, de estas 242 personas evacuadas, tan solo «nueve familias han aceptado las alternativas habitacionales puestas a su disposición por el Ayuntamiento de Móstoles», mientras que el resto se ha trasladado a casas de familiares o conocidos. Y de momento no han vuelto a sus casas por precaución.
Esta nueva situación ha vuelto a abrir el debate sobre el problemático asentamiento, donde decenas familias siguen residiendo en infraviviendas levantadas sobre terreno público y en una zona inundable, poniendo en riesgo su integridad física debido a las crecidas del río Guadarrama cada vez que hay fuertes precipitaciones. Una situación que vecinos de la zona califican de «insostenible» y en la que ninguna de las administraciones con responsabilidad hace nada.

ZONA PELIGROSA
Fuentes cercanas a la Guardia Civil han comentado que la zona suele ser un lugar donde se abandonan coches robados utilizados para cometer varios tipos de delitos. Al igual de otros enseres robados e incluso chatarreros y otras personas lo utilizan de basurero.
Habitado por gente en su mayoría en riesgo de exclusión se ha convertido en una zona ideal para almacenar cobre robado y lugar que sirve de base para las bandas de aluniceros que tienen allí un lugar para esconderse y planear sus robos y fechorías. Al citado clan de los Bote Vargas se unen otros delincuentes conocidos por la policía y la Guardia Civil como los Echevarría Utrera, al que pertenece el «Rafita», asesino de Sandra Palo, o el clan de los Giménez Duval muy vinculado al mundo de los aluniceros y el tráfico de drogas.
Estas mismas fuentes relatan que el sitio es una zona complicada para la actuación policial. Que es un poblado con mucha longitud, alargado y con las casas muy juntas. A esto se le suma la gran cantidad de basura que se acumula que hace imposible muchas de las persecuciones e intervenciones de los cuerpos policiales en la zona.
Con delincuentes fuertemente armados y violentos que muchas veces cuentan con la complicidades de los vecinos para hacer sus actos delictivos e incluso para huir en alguna de las «entradas» que los agentes hacen durante las redadas efectuadas en Las Sabinas. Según relatan estas fuentes el poblado abarca los términos de Nalvarcarnero, Móstoles, Arroyomolinos e incluso una parte cercana a Villaviciosa de Odón, todo ello marcado por una extrema dificultad de acceso a la zona.
LLENA DE BASURA
A la anterior problemática hay que añadir la gran cantidad de basuras y vertidos que hay en la zona y que los ayuntamientos afectados y la propia Comunidad no es capaz de controlar. Por este motivo, colectivos ecologistas y de vecinos de la zona llevan años pidiendo su desmantelamiento, pero las diferentes instituciones no so capaces de dar una solución a es este problema.
Cabe recordar que el poblado está construido en la ribera del río Guadarrama, en zona de dominio público hidráulico, algo que es completamente ilegal. Por esta circunstancia no se puede urbanizar a menos de 100 metros del cauce del río. Además, toda la parte central del mismo está sobre el propio cauce del rio, un elemento que supone un gran riesgo. Algo que no tiene sentido, ni explicación y que señala al ejecutivo central y a los responsables hidrográficos, estos del estado, por consentir la existencia de este poblado.
Por otro lado, tras la eliminación de las viviendas, los residuos deberán ser correctamente eliminados. Después, los caminos de acceso tendrán que ser cortados al paso rodado no autorizado para evitar nuevos asentamientos o vertidos indeseados. con el objetivo de recuperar un entrono natural totalmente degradado. Al que algún día las autoridades deberán dar una solución satisfactoria.