Las freidoras de aire se han convertido en el electrodoméstico estrella en millones de hogares españoles durante los últimos años, revolucionando la forma en que preparamos numerosos platos antes reservados a métodos de cocción más calóricos. Esta pequeña revolución culinaria ha transformado especialmente la manera de disfrutar uno de los alimentos más queridos y versátiles de nuestra gastronomía: las patatas. Crujientes por fuera y tiernas por dentro, pero con hasta un 80% menos de aceite que las preparadas mediante fritura tradicional, las patatas cocinadas en freidora de aire han conquistado a familias enteras que buscan alternativas más saludables sin renunciar al placer de una buena tapa.
La combinación de esta tecnología con la necesidad creciente de elaborar platos rápidos pero satisfactorios ha dado lugar a un universo de recetas «exprés» que permiten disfrutar de preparaciones deliciosas en tiempo récord. Desde las más sencillas hasta creaciones sorprendentes por su sabor y presentación, las posibilidades que ofrece este electrodoméstico parecen multiplicarse cada día con nuevas propuestas que circulan en redes sociales y foros especializados. Perfectas para improvisadas reuniones con amigos, cenas familiares o simplemente para darnos un capricho cualquier día de la semana, estas tres recetas con patatas preparadas en freidora de aire destacan por su facilidad, rapidez y, sobre todo, por un resultado final que, sin exagerar, sabe verdaderamente a gloria.
2PATATAS BRAVAS MADRILEÑAS REINVENTADAS: TRADICIÓN CON MENOS CALORÍAS
Pocas tapas despiertan tanta pasión entre los españoles como unas buenas patatas bravas, plato emblemático de los bares madrileños que encuentra en la freidora de aire su versión más saludable sin perder un ápice de su esencia. Esta adaptación exprés respeta los sabores tradicionales pero reduce significativamente tanto el tiempo de preparación como la cantidad de aceite necesaria, resultando en unas patatas igualmente crujientes pero mucho más ligeras. La clave del éxito reside en un corte generoso de las patatas y la preparación de una salsa brava casera que, aunque simplificada para agilizar el proceso, mantiene el equilibrio perfecto entre el picante, la acidez del vinagre y la dulzura del pimentón que caracteriza a esta receta centenaria.
Para 2-3 personas necesitarás: 5 patatas medianas (tipo Kennebec), 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra, sal y para la salsa: 3 cucharadas de tomate frito casero o de calidad, 1 cucharadita de pimentón picante, 1/2 cucharadita de pimentón dulce, un chorrito de vinagre de Jerez, una pizca de cayena, 2 dientes de ajo muy picados y 3 cucharadas de caldo de verduras o agua. Comienza cortando las patatas en dados de aproximadamente 3 cm sin pelarlas, lávalas para eliminar el exceso de almidón y sécalas completamente. Mezcla con el aceite y una pizca generosa de sal, asegurándote de que cada trozo queda ligeramente impregnado pero no empapado. Precalienta la freidora a 190°C, coloca las patatas y programa 20 minutos de cocción, agitando la cesta cada 5-7 minutos para garantizar una cocción uniforme. Mientras tanto, prepara la salsa calentando en un cazo pequeño el aceite con los ajos a fuego muy suave durante un minuto, añade los pimentones, remueve rápidamente para que no se quemen y agrega el tomate frito, el vinagre y el caldo. Cocina a fuego lento durante 5 minutos, prueba de sal y reserva. Una vez listas las patatas, sírvelas inmediatamente con la salsa por encima o, como se hace tradicionalmente en Madrid, en un recipiente aparte para que cada comensal las bañe a su gusto.