sábado, 15 marzo 2025

Si no quieres una multa de 200 euros, no aparques sin medir esta distancia

En cada rincón de nuestras ciudades se libra una batalla silenciosa por el espacio de aparcamiento. La multa por estacionar incorrectamente puede convertirse en una desagradable sorpresa que afecte seriamente a nuestro bolsillo, especialmente cuando desconocemos normas específicas como la distancia mínima entre vehículos. El código de circulación español establece con claridad que los conductores deben mantener una separación mínima al aparcar, una medida que muchos desconocen pero que las autoridades vigilan con creciente rigor en tiempos donde el espacio urbano es cada vez más limitado.

La distancia de 30 centímetros puede parecer insignificante a simple vista, pero representa un margen crucial para la seguridad vial y la correcta circulación en nuestras ciudades. Esta normativa no es un capricho administrativo sino una necesidad práctica para garantizar que los vehículos puedan maniobrar sin dificultades y que los peatones dispongan del espacio necesario para transitar. Ignorar esta regla puede derivar en sanciones económicas considerables, además de potenciales problemas de movilidad urbana que afectan al conjunto de la ciudadanía.

4
TÉCNICAS PRÁCTICAS PARA MEDIR Y RESPETAR LA DISTANCIA CORRECTA

Fuente Freepik

Evaluar correctamente los 30 centímetros reglamentarios puede resultar complejo, especialmente para conductores noveles o en situaciones de baja visibilidad. Una técnica efectiva consiste en utilizar referencias visuales como la anchura de una mano extendida, que aproximadamente equivale a la distancia requerida. Muchos conductores experimentados desarrollan con el tiempo habilidades de estimación visual que les permiten calcular instintivamente las distancias sin necesidad de herramientas adicionales, evitando así el riesgo de una multa. Para quienes prefieren mayor precisión, existen aplicaciones móviles que utilizan la cámara del teléfono para medir distancias, aunque su uso debe realizarse con el vehículo detenido para evitar distracciones.

Los vehículos modernos incorporan cada vez más asistentes de aparcamiento que facilitan enormemente esta tarea. Sensores de proximidad, cámaras de visión trasera y sistemas de aparcamiento automático permiten posicionar el vehículo con precisión milimétrica, garantizando el cumplimiento de la normativa. Para quienes conducen modelos más antiguos que carecen de estas tecnologías, una alternativa económica son los sensores de aparcamiento portátiles o las marcas adhesivas que pueden instalarse en puntos estratégicos del vehículo como referencia visual. Invertir en estas soluciones resulta considerablemente más económico que afrontar una multa por estacionamiento incorrecto, además de reducir el estrés asociado con las maniobras de aparcamiento en espacios reducidos.