sábado, 15 marzo 2025

Ni vinagre ni sal, este truco casero deja las fresas limpias de pesticidas

La preocupación sobre la presencia de residuos químicos en los alimentos crece cada día más entre los consumidores españoles. Las fresas son una de las frutas más deliciosas y esperadas de la temporada primaveral, pero también figuran habitualmente en las listas de productos con mayor concentración de pesticidas, lo que genera inquietud entre quienes desean disfrutar de esta exquisita fruta sin riesgos para la salud. Diversas recomendaciones circulan por internet, desde baños de vinagre hasta soluciones con bicarbonato o sal, prometiendo eliminar estos compuestos potencialmente nocivos.

Contrario a lo que muchos creen, los métodos más populares no siempre resultan ser los más efectivos para eliminar los pesticidas de estos pequeños frutos rojos. Estudios recientes demuestran que existe un procedimiento mucho más simple y accesible que cualquier otro: utilizar agua muy fría combinada con un cepillo suave. Esta técnica, respaldada por investigaciones científicas, no solo preserva el sabor natural de la fruta sino que también garantiza una limpieza profunda sin necesidad de utilizar productos adicionales que podrían alterar sus cualidades organolépticas.

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GUÍA PRÁCTICA: CÓMO LIMPIAR TUS FRESAS CORRECTAMENTE

Fuente: Freepik

El método óptimo para eliminar pesticidas de las fresas comienza con la preparación de un baño de agua muy fría, idealmente entre 3 y 5 grados centígrados, en un recipiente lo suficientemente amplio para que las fresas puedan sumergirse completamente. Las fresas, sin quitar el rabito verde para evitar que el agua penetre en su interior y acelere su deterioro, deben sumergirse por completo y dejarse reposar durante aproximadamente 2 minutos, tiempo suficiente para que el frío actúe sobre los residuos químicos presentes en su superficie sin afectar negativamente a la consistencia de la fruta.

Tras el tiempo de remojo, se procede a tomar cada fresa individualmente para cepillarla con suavidad bajo un chorro de agua fría corriente, prestando especial atención a las zonas donde se insertan las pequeñas semillas características de esta fruta. El cepillado debe realizarse con movimientos circulares delicados, cubriendo toda la superficie de la fresa pero evitando ejercer demasiada presión para no dañarla. Una vez completado este proceso con cada pieza, las fresas se colocan sobre papel absorbente de cocina para eliminar el exceso de humedad, permitiendo que se sequen naturalmente antes de consumirlas o almacenarlas en el frigorífico, lo que ayudará a mantener su frescura y propiedades por más tiempo.