La preocupación sobre la presencia de residuos químicos en los alimentos crece cada día más entre los consumidores españoles. Las fresas son una de las frutas más deliciosas y esperadas de la temporada primaveral, pero también figuran habitualmente en las listas de productos con mayor concentración de pesticidas, lo que genera inquietud entre quienes desean disfrutar de esta exquisita fruta sin riesgos para la salud. Diversas recomendaciones circulan por internet, desde baños de vinagre hasta soluciones con bicarbonato o sal, prometiendo eliminar estos compuestos potencialmente nocivos.
Contrario a lo que muchos creen, los métodos más populares no siempre resultan ser los más efectivos para eliminar los pesticidas de estos pequeños frutos rojos. Estudios recientes demuestran que existe un procedimiento mucho más simple y accesible que cualquier otro: utilizar agua muy fría combinada con un cepillo suave. Esta técnica, respaldada por investigaciones científicas, no solo preserva el sabor natural de la fruta sino que también garantiza una limpieza profunda sin necesidad de utilizar productos adicionales que podrían alterar sus cualidades organolépticas.
2POR QUÉ EL AGUA FRÍA ES SUPERIOR A OTROS MÉTODOS

Frente a las populares recomendaciones de utilizar vinagre, bicarbonato o soluciones de sal para eliminar los pesticidas de las fresas, los expertos en seguridad alimentaria han comprobado la superior eficacia del agua fría. Las bajas temperaturas, al contrario de lo que muchos piensan, favorecen la eliminación de residuos químicos al provocar que los compuestos sintéticos se desprendan más fácilmente de la superficie de la fruta sin penetrar en su interior. El agua templada o caliente, por el contrario, puede facilitar que los pesticidas se filtren hacia la pulpa, dificultando su eliminación completa.
Investigaciones realizadas por la Universidad de Massachusetts han demostrado que sumergir las fresas en agua muy fría durante al menos dos minutos consigue eliminar hasta un 80% de los residuos de pesticidas presentes en su superficie. Este porcentaje, significativamente superior al logrado con métodos alternativos como el vinagre o el bicarbonato, convierte al agua fría en la mejor opción para una limpieza efectiva sin comprometer el sabor ni la textura de esta delicada fruta. Además, el método resulta mucho más económico y accesible para cualquier hogar, sin necesidad de adquirir productos específicos o generar residuos adicionales.