viernes, 14 marzo 2025

El radar más temido de España está en Madrid y no para de multar

Miles de conductores madrileños y visitantes experimentan a diario la desagradable sorpresa de recibir una multa en su domicilio semanas después de circular por las principales vías de la capital. El radar ubicado en el kilómetro 20,2 de la A-4 se ha convertido en el dispositivo de control de velocidad más implacable de toda España, batiendo récords de sanciones mes tras mes y generando importantes ingresos para las arcas públicas. Su estratégica ubicación cerca de Mercamadrid, en una zona de intenso tráfico comercial y particular, ha transformado este punto en una auténtica pesadilla para los conductores que, muchas veces ajenos a su existencia, superan los límites permitidos.

Las cifras resultan verdaderamente impactantes cuando se analizan en detalle y explican por qué este dispositivo se ha ganado a pulso su inquietante reputación. Con más de 300 multas diarias de media, este radar madrileño representa un caso único en el panorama nacional de seguridad vial, superando ampliamente a los dispositivos instalados en otras grandes urbes como Barcelona, Valencia o Sevilla. Los datos oficiales confirman que su recaudación anual supera los siete millones de euros, una cantidad que ha despertado el debate sobre la verdadera finalidad de estos mecanismos de control: ¿estamos ante un instrumento para mejorar la seguridad vial o simplemente frente a una eficaz herramienta recaudatoria ubicada estratégicamente para maximizar las sanciones?

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CIFRAS QUE ASUSTAN: EL RÉCORD DE MULTAS QUE NADIE QUIERE SUPERAR

Los números oficiales proporcionados por la Dirección General de Tráfico resultan abrumadores y justifican plenamente la fama de este radar madrileño. Solamente durante el pasado año, este dispositivo registró más de 105.000 sanciones, generando una recaudación aproximada de 7,3 millones de euros que lo sitúa muy por encima de cualquier otro radar fijo instalado en carreteras españolas. La comparativa con el segundo clasificado en este particular ranking resulta reveladora: el radar ubicado en la Ronda de Dalt de Barcelona apenas alcanzó las 65.000 multas en el mismo periodo, casi un 40% menos que su homólogo madrileño.

El análisis mensual de las infracciones detectadas muestra además patrones interesantes que reflejan los hábitos de movilidad en la capital. Los meses de septiembre y enero registran picos significativos de sanciones, coincidiendo con la vuelta a la rutina tras periodos vacacionales, momentos en que los conductores parecen relajar su atención o desconocer los cambios recientes en las limitaciones de velocidad de determinados tramos. Por el contrario, agosto presenta una notable reducción en el número de multas, consecuencia directa de la disminución del tráfico rodado durante el periodo estival y la ausencia de desplazamientos laborales que representan el grueso de la movilidad en esta vía.

Especialmente llamativa resulta la distribución horaria de las infracciones captadas por este dispositivo. El mayor número de sanciones se concentra entre las 6:00 y las 9:00 de la mañana, coincidiendo con la hora punta de entrada a Madrid, y posteriormente entre las 18:00 y las 20:00, durante el regreso a los municipios del sur metropolitano, revelando que la prisa por llegar al trabajo o por volver a casa se encuentra detrás de muchas de las infracciones captadas por este implacable vigilante tecnológico. Los datos también muestran que las sanciones durante los fines de semana son considerablemente inferiores, reforzando la teoría de que son los desplazamientos rutinarios, realizados casi de forma automática, los que generan mayor riesgo de infracción en este punto específico.