Las estafas telefónicas se han convertido en uno de los métodos más utilizados por los ciberdelincuentes para acceder a datos personales y financieros de los usuarios. Cuando el teléfono de un cliente de Movistar suena y en la pantalla aparece el número 1004, muchos responden con total confianza creyendo que se trata de una comunicación oficial de la compañía para informar sobre mejoras en su contrato o promociones especiales. Esta aparente normalidad encierra, en ocasiones, una trampa sofisticada que puede derivar en graves consecuencias para las víctimas que caen en ella sin percatarse de las sutiles diferencias entre una llamada legítima y una fraudulenta.
El incremento de denuncias relacionadas con este tipo de prácticas ha encendido las alarmas entre los organismos de protección al consumidor y las propias operadoras de telecomunicaciones. Los estafadores han perfeccionado sus técnicas al punto de conseguir que el número que aparece en la pantalla sea exactamente el mismo que utiliza Movistar para sus comunicaciones oficiales, lo que genera una falsa sensación de seguridad en quien recibe la llamada. Este método, conocido técnicamente como «spoofing» o suplantación de identidad telefónica, aprovecha las vulnerabilidades de la red para hacer creer al destinatario que está hablando con un representante legítimo cuando en realidad se encuentra frente a un delincuente que busca acceder a sus datos personales, credenciales bancarias o tomar control de su línea mediante técnicas de ingeniería social.
3LAS SEÑALES DE ALARMA QUE DEBES RECONOCER

Identificar cuándo una llamada del 1004 es legítima y cuándo forma parte de un intento de estafa resulta fundamental para proteger la seguridad digital. Las comunicaciones oficiales de Movistar siguen protocolos estrictos que pueden servir como referencia para detectar anomalías. En primer lugar, los representantes auténticos nunca solicitan contraseñas completas ni códigos de verificación enviados por SMS, pues disponen de sistemas internos para validar la identidad del cliente sin necesidad de comprometer elementos de seguridad tan sensibles.
Otro indicio revelador aparece en la forma de conducir la conversación por parte del supuesto asesor. Los estafadores suelen ejercer presión para obtener una respuesta inmediata, insistiendo en que la oferta tiene un plazo muy limitado o que existen problemas urgentes que resolver. Esta sensación de urgencia, deliberadamente creada para impedir que la víctima tenga tiempo de reflexionar o consultar con terceros, contrasta con el enfoque más pausado y transparente de los representantes legítimos de Movistar, quienes habitualmente proporcionan números de referencia de la gestión, ofrecen alternativas para continuar el trámite a través de canales oficiales como la web o la aplicación, y nunca presionan para obtener decisiones precipitadas. Adicionalmente, los errores gramaticales, el ruido de fondo típico de call centers masificados o las inconsistencias en el conocimiento de los procedimientos internos de la compañía pueden constituir banderas rojas que alerten sobre la naturaleza fraudulenta de la comunicación.