miércoles, 12 marzo 2025

No está en las guías, pero es el pueblo medieval más bonito de España

España, tierra de castillos, murallas y callejuelas empedradas, alberga un sinfín de tesoros arquitectónicos que nos transportan a épocas pasadas. Muchos de estos enclaves, cargados de historia y leyendas, se han convertido en destinos turísticos de primer orden, atrayendo a visitantes de todo el mundo. Sin embargo, existe un pueblo medieval que, a pesar de su innegable belleza y su rico patrimonio, ha logrado mantenerse al margen de las masificaciones y el bullicio, conservando así su autenticidad y encanto.

Hablamos de Hondarribia, una joya escondida en la costa vasca, a un paso de la frontera francesa, que cautiva a todo aquel que la descubre. Este pueblo medieval, con su casco antiguo amurallado, sus casas de colores y su ambiente marinero, es un remanso de paz y belleza que parece detenido en el tiempo. Un lugar donde el pasado y el presente se dan la mano, ofreciendo al visitante una experiencia única e inolvidable.

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UN PASEO POR LA HISTORIA: EL CASCO ANTIGUO AMURALLADO

El corazón de Hondarribia es su casco antiguo, un recinto amurallado que conserva la esencia de la antigua ciudad medieval. Caminar por sus estrechas calles empedradas, flanqueadas por casas blasonadas y balcones floridos, es como retroceder en el tiempo. Cada rincón, cada plaza, cada edificio, guarda una historia que contar.

La imponente muralla, construida en el siglo XVI para proteger la ciudad de los ataques enemigos, es uno de los elementos más característicos de Hondarribia. Sus baluartes, sus puertas y sus garitas ofrecen unas vistas espectaculares del estuario del Bidasoa y de la vecina Francia. Pasear por el camino de ronda, siguiendo el trazado de la antigua muralla, es una experiencia imprescindible para cualquier visitante.

Dentro del recinto amurallado, se encuentra la Plaza de Armas, el centro neurálgico de la vida social de Hondarribia. En ella se alza el Castillo de Carlos V, una imponente fortaleza que hoy en día alberga un Parador Nacional. Desde la plaza, parten varias calles que invitan a perderse y a descubrir los rincones más pintorescos del pueblo medieval.

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