domingo, 27 abril 2025

Multa de 200 euros y 4 puntos menos si ignoras estas dos normas de la DGT

Conducir un vehículo implica una gran responsabilidad, no solo hacia uno mismo sino también hacia los demás ocupantes del coche y el resto de usuarios de la vía. Sin embargo, a pesar de las campañas informativas y las advertencias constantes, aún hay conductores que deciden ignorar dos normas básicas pero esenciales: el uso obligatorio de los cinturones de seguridad y los sistemas de retención infantil (SRI). Estas infracciones, además de poner en riesgo vidas, pueden acarrear sanciones severas, incluyendo una multa considerable y la pérdida inmediata de puntos en el carné, las consecuencias legales son claras, pero lo más preocupante es el impacto directo que estas negligencias pueden tener en la seguridad de todos los ocupantes del vehículo.

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La Dirección General de Tráfico (DGT) no deja lugar a dudas sobre la importancia de estas medidas de seguridad pasiva. Los cinturones de seguridad y los sistemas de retención infantil están diseñados para minimizar las lesiones en caso de accidente, actuando como una barrera protectora frente a los efectos devastadores de un impacto. A pesar de su eficacia comprobada, muchas personas siguen subestimando su importancia o justificando su incumplimiento con excusas que, ante una tragedia, resultan insuficientes, el desconocimiento o la negligencia no eximen de las consecuencias, ni legales ni personales, que pueden derivarse de no cumplir estas normas fundamentales.

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CINTURONES DE SEGURIDAD: LA PRIMERA LÍNEA DE DEFENSA

Fuente: Freepik

Los cinturones de seguridad son, sin duda, uno de los inventos más revolucionarios en términos de seguridad vial. Desde su introducción obligatoria, se estima que han salvado millones de vidas en todo el mundo. Su función es simple pero crucial: mantener a los ocupantes firmemente sujetos en sus asientos durante un impacto, evitando que salgan despedidos o colisionen contra elementos del interior del vehículo. A pesar de su efectividad probada, todavía hay quienes optan por no utilizarlos, especialmente en trayectos cortos o dentro de zonas urbanas.

El error más común es pensar que los cinturones solo son necesarios en carreteras o autopistas, donde las velocidades son más altas. Sin embargo, la mayoría de los accidentes ocurren precisamente en entornos urbanos, donde las distracciones y la proximidad entre vehículos incrementan el riesgo de colisión. Además, no usar el cinturón no solo pone en peligro al propio conductor, sino también a los demás ocupantes, ya que un cuerpo sin sujeción puede convertirse en un proyectil dentro del habitáculo en caso de frenazo brusco o choque.

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Las campañas de sensibilización de la DGT destacan que el uso del cinturón reduce hasta en un 50% el riesgo de muerte en caso de accidente, este dato debería ser suficiente para convencer incluso a los más escépticos. Aun así, la resistencia al cambio de hábitos sigue siendo un obstáculo, especialmente entre aquellos que creen que «nunca les pasará nada». La realidad, sin embargo, demuestra lo contrario, y las multas son solo una pequeña parte del precio a pagar por ignorar esta medida vital.

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