Comer es uno de esos placeres cotidianos que solemos dar por sentado. Sin embargo, para algunas personas la anorexia no es la única razón por la que sentarse a la mesa puede convertirse en un auténtico suplicio. Existe un trastorno llamado acalasia, mucho menos conocido pero igualmente complicado, que convierte el simple acto de tragar alimentos en un desafío agotador y frustrante.
La acalasia es una condición rara que afecta directamente al esófago, dificultando gravemente el paso de los alimentos hacia el estómago. Aunque a menudo se confunde con anorexia o reflujo, este trastorno tiene características propias muy específicas que marcan la diferencia, especialmente cuando se trata de diagnosticarlo adecuadamente. Entender qué sucede exactamente cuando comer deja de ser un placer ayuda no solo a identificarlo mejor, sino también a convivir con él de una forma más llevadera.
2CÓMO DETECTAR SI ES ANOREXIA O ACALASIA
El diagnóstico diferencial entre anorexia y acalasia no siempre es sencillo. Inicialmente, ambas pueden presentar síntomas similares como pérdida de peso y reducción notable en la ingesta de alimentos. Sin embargo, existen claras diferencias en el comportamiento del paciente y en las manifestaciones físicas. Mientras la anorexia está vinculada con la autoimagen, en la acalasia el paciente desea comer, pero simplemente no puede hacerlo.
Para detectar adecuadamente la acalasia es imprescindible realizar pruebas médicas específicas, como la manometría esofágica. Esta técnica mide la presión dentro del esófago y la capacidad del esfínter esofágico inferior para relajarse. Además, una radiografía con contraste permite visualizar claramente la dificultad del esófago para dejar pasar alimentos, mostrando imágenes características que diferencian rápidamente este trastorno de otras patologías digestivas como el reflujo.
Otra señal que diferencia claramente la acalasia es la aparición frecuente de regurgitaciones nocturnas. A diferencia de la anorexia o el reflujo, en los pacientes con acalasia es habitual despertarse en medio de la noche con tos o sensación de ahogo, debido al retorno espontáneo y no ácido de alimentos estancados en el esófago. Este síntoma tan particular puede convertirse en clave para identificar rápidamente la enfermedad y comenzar un tratamiento adecuado.