Hay situaciones donde la imaginación supera cualquier límite razonable, especialmente cuando se trata de esquivar sanciones de tráfico. Recientemente, la DGT ha revelado una práctica sorprendente que se extiende por las carreteras españolas: conductores que ponen multas a nombre de familiares mayores para evitar la retirada de puntos. Esta práctica, conocida coloquialmente como el truco del ‘abuelo’, ha encendido todas las alarmas en las autoridades de tráfico por su carácter fraudulento y por implicar a personas mayores en infracciones que nunca cometieron.
Lo que parecía un secreto a voces ha saltado ahora a primera plana debido a la mayor vigilancia que está ejerciendo la Dirección General de Tráfico. La DGT, consciente de que esta táctica ilegal se ha vuelto demasiado frecuente, advierte claramente de las consecuencias que acarrea para quienes recurren a ella. Además de poner en riesgo la seguridad vial, esta artimaña afecta directamente a mayores vulnerables, convirtiéndolos en responsables de faltas que no han cometido, una acción que puede derivar en sanciones aún más graves.
5LA RESPUESTA CONTUNDENTE DE LA DGT
Ante la proliferación de estos fraudes, la respuesta de la Dirección General de Tráfico ha sido clara y contundente. No solo ha endurecido la vigilancia mediante sistemas tecnológicos, sino que además realiza un seguimiento exhaustivo de los casos detectados para sancionar ejemplarmente a quienes usan fraudulentamente datos personales de terceros para evitar multas y pérdida de puntos.
Esta determinación ha generado resultados visibles: cada vez más infractores que recurren a esta maniobra son detectados y sancionados con firmeza. La DGT insiste en que ninguna infracción puede justificarse trasladando la responsabilidad a otra persona, mucho menos a un familiar mayor que ni siquiera conduce habitualmente. La firme postura de la autoridad vial busca poner fin a estas prácticas abusivas, restaurando la justicia y equidad en las carreteras.
Queda claro, por tanto, que utilizar a mayores para eludir responsabilidades en materia de tráfico no es solo inmoral, sino también ilegal y castigado con severidad por la DGT. Asumir las consecuencias de nuestras acciones al volante es la única opción válida para garantizar una conducción segura, responsable y honesta en nuestras carreteras.