Hay situaciones donde la imaginación supera cualquier límite razonable, especialmente cuando se trata de esquivar sanciones de tráfico. Recientemente, la DGT ha revelado una práctica sorprendente que se extiende por las carreteras españolas: conductores que ponen multas a nombre de familiares mayores para evitar la retirada de puntos. Esta práctica, conocida coloquialmente como el truco del ‘abuelo’, ha encendido todas las alarmas en las autoridades de tráfico por su carácter fraudulento y por implicar a personas mayores en infracciones que nunca cometieron.
Lo que parecía un secreto a voces ha saltado ahora a primera plana debido a la mayor vigilancia que está ejerciendo la Dirección General de Tráfico. La DGT, consciente de que esta táctica ilegal se ha vuelto demasiado frecuente, advierte claramente de las consecuencias que acarrea para quienes recurren a ella. Además de poner en riesgo la seguridad vial, esta artimaña afecta directamente a mayores vulnerables, convirtiéndolos en responsables de faltas que no han cometido, una acción que puede derivar en sanciones aún más graves.
2¿CÓMO LA DGT IDENTIFICA ESTA PRÁCTICA?
Para combatir eficazmente esta creciente tendencia, la DGT ha intensificado los controles mediante sistemas informáticos que detectan patrones sospechosos. Cuando un conductor mayor registra numerosas infracciones o presenta una frecuencia inusual de multas por velocidad, automáticamente salta una alerta en los sistemas digitales del organismo de tráfico. Estas herramientas, cada vez más sofisticadas, facilitan identificar rápidamente a los verdaderos infractores.
Asimismo, agentes especializados de la Guardia Civil de Tráfico realizan seguimientos puntuales en casos que presentan sospechas evidentes, revisando detalles específicos como la frecuencia con que determinados conductores aparecen como infractores habituales. La colaboración entre organismos de tráfico y cuerpos policiales permite descubrir rápidamente este tipo de fraudes, reduciendo significativamente su eficacia como método para esquivar sanciones.
Esta vigilancia intensificada no solo busca castigar a los responsables reales, sino también proteger a los mayores implicados involuntariamente. El objetivo de la DGT es claro: acabar con esta práctica irregular y concienciar a la ciudadanía sobre las serias consecuencias de atribuir a terceros conductas ilegales, algo que afecta negativamente tanto a nivel social como legal.