Hay situaciones donde la imaginación supera cualquier límite razonable, especialmente cuando se trata de esquivar sanciones de tráfico. Recientemente, la DGT ha revelado una práctica sorprendente que se extiende por las carreteras españolas: conductores que ponen multas a nombre de familiares mayores para evitar la retirada de puntos. Esta práctica, conocida coloquialmente como el truco del ‘abuelo’, ha encendido todas las alarmas en las autoridades de tráfico por su carácter fraudulento y por implicar a personas mayores en infracciones que nunca cometieron.
Lo que parecía un secreto a voces ha saltado ahora a primera plana debido a la mayor vigilancia que está ejerciendo la Dirección General de Tráfico. La DGT, consciente de que esta táctica ilegal se ha vuelto demasiado frecuente, advierte claramente de las consecuencias que acarrea para quienes recurren a ella. Además de poner en riesgo la seguridad vial, esta artimaña afecta directamente a mayores vulnerables, convirtiéndolos en responsables de faltas que no han cometido, una acción que puede derivar en sanciones aún más graves.
1EL ‘TRUCO DEL ABUELO’, UNA TENDENCIA EN ALZA
Este peculiar método consiste en atribuir infracciones cometidas por conductores más jóvenes, habitualmente hijos o nietos, a familiares mayores que apenas conducen o que ya no tienen intención de hacerlo. De este modo, se libran de perder puntos del carné, evitando así la posibilidad de quedarse sin permiso de conducir. Aunque parezca increíble, esta práctica ha ganado terreno en los últimos años, llevando a la DGT a actuar con firmeza frente al problema.
Muchas familias ven en esta opción una salida fácil, ignorando que al hacerlo están incurriendo en un grave delito. La DGT aclara que, al asignar una multa a una persona que no conducía el vehículo infractor, se está cometiendo una falsedad documental, castigada duramente por la ley. Esto supone que quienes optan por este truco para evadir responsabilidades pueden enfrentarse a sanciones económicas muy superiores, e incluso a procesos penales.
La frecuencia con la que se detectan estos casos revela un problema social más profundo relacionado con la responsabilidad en la carretera. Cada vez son más frecuentes las campañas informativas destinadas a frenar estas prácticas, pero los expertos señalan que es imprescindible reforzar la conciencia ciudadana sobre la gravedad de implicar a terceros, especialmente mayores, en infracciones que no cometieron, con todas las consecuencias legales y éticas que ello conlleva.